¿Porqué no se nombra a Harrison?

Muy publicada es la frase escrita por el Libertador que reza: «Los Estados Unidos parecen creados por la Providencia para plagar de miserias a la América Española en nombre de la Libertad». Se la transcribe mil veces pero no se dice el contexto dentro del cual fue lanzada. La verdad es que expresa el momento de máxima tensión de una conspiración que pretendió asesinarlo en 1829 –un año después de la “noche setembrina”-  y, fracasado el intento de magnicidio, derrocarlo mediante una rebelión militar.  

El 7 de septiembre de 1829, William Henry Harrison, embajador norteamericano ante Colombia, escribe la siguiente carta:

«William Harrison, embajador de los Estados Unidos de América en Colombia a Mr. Henry Clay, Secretario de Estado de los Estados Unidos

Bogotá, 7 de septiembre de 1829

Presente

El drama político que se desarrolla en este país se apresura hacia su desenlace. La calma aparente ha hecho creer a los amigos del general Bolívar que no se presentaría obstáculo para la realización de sus planes, mas el espeso velo que los cubría está casi completamente descorrido. En carta recibida esta semana y dirigida a un miembro de la Convención, residente en esta ciudad, Bolívar propone la presidencia vitalicia; el derecho de nombrarse sucesor, también vitalicio; la designación de todos los empleados, que serán responsables ante él únicamente, así como también un Senado hereditario, cuyos miembros serán elegidos por él. Sin embargo, y de acuerdo con sus deseos a no dudarlo, sus amigos insisten en la idea de la monarquía, tanto de nombre como de hecho. El Sr. Vergara, Ministro de Relaciones exteriores, celebró anteanoche una conferencia con el encargado de Negocios británico a fin de conocer la manera como el gobierno británico haya de mirar una medida de este orden. Existe escasa duda de que entre este gobierno y el comisionado francés, Charles Bressón, que aquí se encuentra, se ha efectuado una negociación sobre el particular y generalmente se cree, no sé si con razón o sin ella, que el proyecto ha encontrado apoyo por parte de Bressón.

Los ministros están muy alegres con sus perspectivas de éxito. Confían en que no habrá la más ligera conmoción y que este importante cambio se realizará con la aquiescencia casi completa del pueblo. El presidente del Consejo dijo hace dos días que “nadie se opondría a las medidas del gobierno, a no ser algunas viejas y unos cuantos pulperos”. Otros ministros han tenido expresiones semejantes.

Pero su confianza será  su ruina. Una mina ya cargada se halla preparada y estallará sobre ellos dentro de poco. Obando se encuentra en el campamento de Bolívar seduciendo las tropas. Córdova ya ha seducido el batallón que está en Popayán y se ha ido del Cauca a Antioquia, todas están preparadas para la revuelta. Una gran parte de la población de esta ciudad está comprometida en el plan. Constantemente se celebran juntas. Se distribuye dinero entre las tropas, sin que el gobierno tenga todavía conocimiento de estos movimientos El medio a que acuden los liberales para ocultar sus designios consiste en una eterna y extravagante alabanza del general Bolívar.

No he tomado parte alguna en estos asuntos ni tenido la más ligera conversación con los que se encuentran comprometidos en ellos. Mis informes provienen de aquellos que se hallan en situación igual a la mía. Comprendo cuan delicada es la situación, y el gobierno no debe temer que yo me haya comprometido de manera alguna o que haya comprometido a la nación que aún tengo a honra representar.

Córdova procederá con prudencia. Espérase que en el curso de Octubre o en los primeros días de Noviembre principiará por dirigirle una proclama al pueblo. William Harrison»11.

¿Viene a matar a Simón Bolívar?

¿Quién era William Henry Harrison? Descendía de un regicida, del famoso coronel Harrison, oficial de distinción en el ejército de Cromwell, que actuó directamente en la muerte del rey Estuardo y se involucró en la fundación de los Estados Unidos bajo la idea de un reino de justicia, al cual confería Dios el destino manifiesto de llevar la pureza y la felicidad al mundo. Hijo del coronel Harrison fue Ben, el primer Harrison nacido en las colonias norteamericanas de Inglaterra. Ben Harrison fue independentista y no cualquier independentista sino aquel que, en calidad de presidente del Congreso, leyó la resolución por medio de la cual se declaró la independencia de los Estados Unidos. De Ben fue hijo William Henry Harrison. Tras la muerte temprana de su padre, fue criado por hombres del entourage de George Washington.

Siendo gobernador del territorio de Indiana, entonces nuevo, en respuesta a la presión de los colonos blancos, negoció unos tratados que cedían a EE.UU. dos millones de acres de tierras de los indios shawnees. Los shawnees se opusieron. El país de la libertad los desposeía y los lanzaba a la miseria. El jefe shawnee Tecumseh organizó una rebelión y un congreso indígena en el que se prohibió a cualquier jefe vender las tierras de la tribu.

Harrison dirigió la guerra contra los shawnees y los venció con masacre en la batalla de Tippecanoe. El estado de Indiana creció, se llama así por los indios. En la descripción oficial se asienta: Tippecanoe, (7 nov. 1811). «Victoria de soldados de EE.UU. sobre los indios shawnees, triunfo que contribuyó en gran medida a establecer la reputación del general Henry Harrison ante la opinión pública norteamericana».

Los episodios que rodean a la batalla de Tippecanoe han sido llevados a cine en la película Tecumseh: The last warrior, dirigida por Larry Elikann en 1995. Su productor fue Francis Coppola.

En 1815 Harrison se retira a sus tierras, intenta negocios. Como dueño de un poderoso currículum, es elegido congresante en 1816. Apoya en el Congreso las políticas de Henry Clay, que lo envía en misión a Bogotá en septiembre de 1828, o sea en los mismos días del atentado famoso contra la vida del Libertador, que Clay apoya al mismo tiempo en carta dirigida a Bolívar racionalizando el hecho. Harrison desembarcó en Cartagena, se dirigió a Maracaibo, de allí a Curazao, donde se entrevistó con enemigos de Bolívar, regresó a Maracaibo y se desplazó a Bogotá, llegando en total a esta capital seis meses después de su desembarco en Cartagena. ¿Qué, además de viajes, ha hecho en ese semestre? No hay ningún dato al respecto.

«La misión de desorganizarnos»

Si América Latina está abocada a unirse debe conocer los secretos de la unidad y los de la desunidad, vale decir, conocer el fondo de la Doctrina Monroe, de la cual el terrible episodio de Harrison es una aplicación. Cuadraturas de poderes mundiales determinaron la proclamación de esa Doctrina contra los libertadores y contra los proyectos monárquicos que se movían alrededor de ellos, otras cuadraturas de los mismos componentes —Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia y la propia América Latina— además de actores nuevos, como China, los países árabes e Israel, propenden a quitarle base de sustentación en la primera década del siglo XXI, eso hace más urgente conocer su ingeniería interna y aplicaciones.

Harrison compró una casa amplia en el centro de Bogotá para sede de la embajada y allí lo frecuentaban, entre otros, Segismundo Leiderdorf, financista del atentado de 1828, y el joven general José María Córdoba.  Los ministros de Bolívar miran con desprecio al hombre quizá torpe, avejentado y de modales puritanos; tal vez son los culpables de que sus magníficos muebles permanezcan retenidos en la aduana de Cartagena. A propósito de acciones de Harrison será dicha la frase famosa del Libertador: «Los Estados Unidos parecen creados por la Providencia para plagar de miserias a la América Española en nombre de la Libertad». Este texto continuará.

lmanrique27@yahoo.es


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