Los Mercados Comunes. UE, Mercosur, ALBA



1. Introducción.

Cuando el pueblo francés, a través del referéndum dijo “NO” a la Constitución Europea, percibimos que la inteligencia grupal bien sincronizada se potencia y es obviamente superior a la de unos pocos elitistas que han sabido hacerse del poder (cosa que no garantiza en absoluto la sabiduría).

El hallazgo no es nuevo, Abraham Maslow (1) ya estudió el tema de la sinergia en las ciencias sociales, aprovechando los estudios de su maestra, la antropóloga Ruth Benedict sobre ocho tribus indígenas de los EU. Después de mucha reflexión y búsqueda llegaron a que las tribus felices (cuatro de las ocho), tenían una característica común: las reglas de esas sociedades hacían que lo que fuese conveniente para un individuo también lo fuese para la sociedad. En pocas palabras la sinergia es lo que en la sociedad genera estrategias ganar-ganar. En las relaciones interpersonales la estrategia ganar-ganar origina la mayor parte de los casos resultados más que aditivos. La explicación es simple. Si estoy bloqueado en un punto y mi compañero me aporta la solución podré seguir adelante cosa que solo jamás haría. Por esto nos resulta natural la definición: Sinergia, del griego cooperación, se entiende como la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.

A Fines del 2005 la población mundial llegará a los 6.500 millones. ¿Se imaginan amigos todas las inteligencias que ya hayan despertado concentrándose y poniéndose en fase cual rayo láser en un tema?

Pero sabemos que eso no es posible, el mundo seguirá fragmentado y cada cuál tirará para su lado dando algunas soluciones que al final ganan, pero que están lejos de la mejor para todos los habitantes de este planeta.

En Francia hubo información, solo indagando comprenderemos que los ciudadanos comprobaron fácilmente que la Constitución propuesta era fundamentalmente una institucionalización de las políticas neoliberales que hace más de 20 años que golpean a los pueblos.

Si un extraterrestre tuviese que dar una descripción sucinta sobre las costumbres de los terráqueos sumidos en el neoliberalismo, seguramente diría algo así: “Son muy extraños, unos pocos acumulan y acumulan riquezas dejando que el resto sufra pobreza y luego pagan a algunos pobres para que los defiendan de los desesperados”.



2. ¿Qué es el neoliberalismo?

Existen varias descripciones conceptualmente claras sobre lo qué es el neoliberalismo (2), sin embrago si queremos hacer al texto autocontenido basta decir que el neoliberalismo es la vuelta al capitalismo salvaje anterior a los años ‘30, que es la vuelta a los mercados autorregulados (o sea sin intervención del Estado), a la libertad total de comercio, a la libertad para las transacciones financieras e inversiones, pero eso sí a la regulación muy estricta del derecho de inmigración a los países ricos. Agreguemos de pasada que el neoliberalismo es un ataque frontal al Estado de Bienestar (Seguro de desempleo. Educación y cuidado de la salud gratuitos. Planes sociales…), al poder de los sindicatos y a toda política de redistribución de la riqueza. No menos dramática es la alegre irresponsabilidad respecto del medio ambiente, que al igual que en la época del capitalismo salvaje anterior a los años ’30 no escatima daños si se consiguen más ganancias, con la diferencia de que hoy el daño no puede ser tolerado como en el pasado, hoy ya peligra la vida humana en la tierra. Otra de las ideas fuerza es la de la privatización de los servicios públicos y otras empresas del estado. El avance tecnológico permite también el tan preciado colchón de desocupados que permitió en este ciclo la derogación de las leyes laborales para hacer más “atractiva” la creación de empleos (flexibilidad laboral).

Quizás una de las claves más importantes es que el poder económico pasa a dominar al poder político.



3. Los todopoderosos mercados.

Dado a los mercados el dominio de las relaciones económicas, esa entelequia insensible y despiadada es calificada como justa y conveniente para todos (rémora de la “mano mágica” de Adam Smith).

Mercado implica competencia y desregulación implica todos contra todos, que con el libre comercio nos lleva a todos contra todos a nivel mundial. El resultado es obvio, tal como en el box si sacamos las categorías los pesos pesados se harían con todas las coronas, en el plano económico los poderosos siempre ganan. Los ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres se empobrecen llenando al mundo de indigentes y desesperados. Claro, los ricos protestan: ¡oh! la inseguridad y claman por más represión. Pero los ricos poluyen, los ricos agudizan el efecto invernadero, los ricos generan inseguridad no solo para ellos que están llenos de guardias personales sino para toda la ciudadanía.

En fin, el neoliberalismo es una economía inventada para el beneficio de los poderosos y como vemos les está saliendo muy bien, salvo algunos efectos colaterales no deseados.

Mucha gente dice que un poco de competencia es bueno, como yo podría decir que un poco de tortura es bueno. ¡No! Cuando la competencia es buena es cuando actúa como reguladora y cuando actúa como reguladora es porque no está regulada o sea es autorregulada, y cuando está autorregulada es como un campeonato de box sin categorías, en pocas palabras unos pocos se hacen de la mayor parte de la riqueza. Pero todas estas palabras y muchas otras también relevantes y muchas más radicales ya han sido dichas. Dejando de lado las críticas marxistas no por banales sino para evitarles a los críticos la tentación de descalificarlas por tendenciosas, rescatemos las de un gran intelectual injustamente olvidado. Se trata de Karl Polanyi (1886 - 1964), quién ya en 1944 publicó en los Estados Unidos su obra “La Gran Transformación” (3). Citemos solo una oración que resume el pensamiento y los estudios de Kart Polanyi: “Permitir al mecanismo del mercado ser el único director del destino humano y de su ambiente natural... resultaría en la demolición de la sociedad” (p.73).



4. Los Mercados Comunes.

La Unión Europea, si bien cambiando nombre, ya cumplirá 50 años en 2007, siempre sorprendió por su duración. En efecto, si se forma una empresa y los socios se ponen a competir con mis socios, es de esperar que pronto me funda. En pocas palabras sorprendió que durase tanto una unión basada en la competencia. Pero claro, hay algo más: el “animus societatis” está potenciado por la competencia norteamericana. Europa quiere ser la Europa fuente de cultura y de razón. Es por eso que duró tanto. Como diría un economista duró por la externalidades del modelo. Europa subsidia por ejemplo a España, la UE no es todos contra todos. Pero en el fondo están ocultando la realidad. Si la competencia es la regla tarde o temprano surgirán las contradicciones. En realidad ya lo han hecho. Europa no puede ser una unión basada en la competencia. ¡Eso es un disparate! Solo la concertación puede llevar a una convivencia mutuamente estimulante. Todo el resto ¡es mentira!

Kart Polanyi en 1944 ya anunció que la competencia es “contra natura”, que lo natural es la cooperación.



5. El Mercosur.

Nacido entre gallos y madrugada está entre nosotros el MERCOSUR. Políticamente muy útil. Institucionalmente de avanzada, es en realidad una mala copia de lo que es la UE.

Tomando la experiencia de la UE que nos lleva años: ¡paremos señores de diseñar un mercado con las reglas del neoliberalismo!

Payasada simiesca, con permanentes enfrentamientos entre Argentina y Brasil mientras los niños (Paraguay y Uruguay) –sin gozar del horario de protección al menor–, tienen que ver las peleas de los mayores, y espantados y desesperanzados esperan su propia ruina.



6. El ALBA anuncia un nuevo amanecer.

La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) viene a despejar estas concepciones y a dotar de un arma conceptual y de un arsenal de medidas prácticas a los países que pretenden construir una sociedad diferente al capitalismo neoliberal actual.

Hay que partir de que la integración es una condición imprescindible para que los países de América Latina y el Caribe puedan aspirar al desarrollo. Pero no cualquier integración puede cumplir estos objetivos, sino una basada en la justicia, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos.

Señores debemos integrarnos sin competir, sin arruinarnos. Debemos integrarnos ayudando cada país en lo que es mejor, no para hacer quebrar las empresas de su socio, sino para enseñarles.

La base de la integración debe ser la concertación, nunca la competencia. La competencia –mostrando grandeza–, debe transformarse en cooperación. La concertación es la que debe regir nuestras relaciones fraternas, sin sensiblería barata, ¡con el corazón en la mano!

Es muy difícil eliminar el espantoso sistema en el que vivimos. Dentro de las fronteras no puede eliminarse de un día para el otro la competencia. Seamos serios, eso implicaría planificación y patriotismo que no es fácil conseguir. Pero entre países hermanos, la relación sí puede reglarse. El poder político puede estar sobre el económico. Es claro las multinacionales –países ficticios, espurios y perversos–, lucharán contra eso, pero siempre hay posibilidades de reglar el comercio internacional y es mucho más factible que reglar la economía local, que hace tiempo que está manejada por la competencia.





Referencias:

(1) Maslow, A. La Personalidad Creadora. Kairos.

(2) Anderson, Perry. Historia y Lecciones del Neoliberalismo. www.deslinde.org.co/Dsl25/historia_y_lecciones.htm

George, Susan. Breve Historia del Neoliberalismo.

http://www.millennium- round.org/

(3) Polanyi, Karl. La Gran Transformación. Fondo de Cultura Económica. México. 1992.



(*) Profesor Universitario. Miembro de Attac Paraguay



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