Pildoritas 72 (año V)

¿Dónde está la solidaridad?

La decisión soberana del gobierno revolucionario de retirarse de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a mi entender era la única salida ante la aberración jurídica más incongruente, contradictoria y parcializada que se hace más grave cuando viene de un organismo que supuestamente fue creado para garantizar los derechos humanos de personas, colectividades e instituciones.

Uno no llegó a entender cómo por ejemplo se toman decisiones para de un plumazo desconocer la medida del Órgano Contralor venezolano contra un corrupto como el “ojitotiao” Leopoldo López, en el caso archiconocido del famoso cheque de PDVSA; cuando eso sucedió se inició el expediente, en este país contra una instancia jurídica internacional que a todas luces actuaba de tal manera que incluso traspasaba lo razonable, pues es apenas elemental que el delito debe ser castigado cuando es probado, como en el caso de LP que no le dejó otra salida a nuestra Contraloría que inhabilitarlo para ejercer cargos administrativos, eso fue echado por tierra por decisión desde todo punto de vista antijurídica, parcializada y cuestionable, por parte de la CIDH.

Esa decisión marcó la razonable reacción de nuestros organismos jurisdiccionales y agrió las relaciones de nuestro gobierno con ese organismo, aun más de lo que ya estaban, después de la descarada posición del mismo ante el golpe de estado de abril del 2002 cuando se apresuraron a reconocer al gobierno espurio de Carmona.

Pero lo que ha sucedido recientemente es el colmo de los colmos, eso de fallar a favor de un terrorista a quien no solo se le comprobó su actuación en la colocación de artefactos explosivos, contra sedes diplomáticas de España y Colombia cuyos gobiernos en su momento exigieron al nuestro celeridad en el esclarecimiento de los hechos, lo cual se cumplió por acción de nuestros órganos de inteligencia, lo que echó por tierra la intención de la contrarrevolución de que se culpara al gobierno bolivariano por la acción terrorista, sino que además es prófugo de la justicia venezolana, éso es incomprensible y no queda otra explicación que la de que tal decisión forma parte de la conspiración internacional del imperio en su afán de desestabilizar la Revolución Bolivariana a la que se la tiene jurada el gobierno gringo.

Tal situación ha servido para que nuevamente nuestra Soberanía sea defendida con la dignidad a que nos tiene acostumbrados el Presidente Chávez, no había otra alternativa pues aquí no hay otra salida que la de sentar un precedente, porque de otra manera se estaría cohonestando una acción que si hoy nos toca y es un ataque flagrante a nuestra soberanía e independencia, bien puede repetirse en otros países que no se arrodillen ante las pretensiones imperiales.

Lo que si es de extrañar, y hay que decirlo es la falta de solidaridad de los países agrupados por ejemplo en La ALBA y la mayoría de los de UNASUR Y PETROCARIBE, e incluso MERCOSUR, que por lo menos debieran haberse pronunciado, pues lo que hoy se le ha hecho a Venezuela, bien puede repetirse en sus patrias. Por lo menos hasta ahora no lo han hecho y para mí es algo que apenas sería lógico.

Reacciones por simple frustración

La develación del rostro del Libertador Simón Bolívar, que si le creemos a la rigurosidad científica de quienes llegaron a la conclusión después de más de dos años de intensas investigaciones, debemos avalar como buena, ha servido para que la rastrera derecha venezolana lance por redes sociales y medios privados toda clase de improperios y estupideces contra algo que como, gracias a Dios, sucedió con la mayoría de este pueblo, ha servido para avivar la llama de el inmenso amor por el Padre de la Patria afortunadamente rescatado por obra y gracia de un hombre como Chávez.

La reacción de la godarria heredera de quienes frustraron con sus traiciones, en su momento, la integración y frenaron la independencia definitiva, no se ha hecho esperar, ayer no más, en los canales colombianos que como sabemos han estado al servicio de los de aquí para difundir las canalladas más atroces, tomaron la iniciativa de poner a opinar a supuestos connotados historiadores, por supuesto todos alineados en la derecha y por lo tanto cuestionadores a ultranza de la obra bolivariana a la que también Colombia le debe la expulsión del imperio español de su suelo.

Uno de ellos tuvo el tupé, el descaro e irrespeto de comparar los labios del rostro develado con los de una reina de belleza, diciendo que lo que faltó es que le colocaran pintura de labios y además negar de plano los resultados de una investigación rigurosa realizada con las tecnología más sofisticadas que existen y por investigadores serios, entre los cuales no faltaron historiadores como los colombianos, pero desprovistos de la carga ideológica que los empuja a decir las pajuatadas que los convierte en parcializados y por lo tanto los descalifica como opinadores con base científica.

saulmolina2006@gmail.com


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Saúl Molina Z


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