Florencio Porras, ¿Qué te está pasando?

Pildoritas 70 (año V)

A Florencio Porras, ex gobernador de Mérida, uno de los destacados sembradores de la Revolución, a quien en varias oportunidades El Comandante ha mencionado, refiriéndose a él como un valiente, de quien conocimos por boca del Jefe de la Revolución una anécdota que lo coloca como un verdadero revolucionario al responderle a los mercenarios de la IV República que al interrogarlo después de la rendición le preguntaban quien era el jefe de la Rebelión y la respuesta fue, sin pensarlo dos veces: “!Simón Bolívar , El Libertador!”, por casualidad cuando estaba jugando con mi control remoto de mi TV, en búsqueda de algo interesante, me lo encontré declarando a un canal regional algo que palabras más, palabras menos, me parecieron de muy mal gusto, por venir de alguien que puso en riesgo por la Patria su vida y que bien puede decir lo que dijo al mismísimo Presidente, pues tiene autoridad moral para ello y no darle de manera gratuita insumos al enemigo que bien los sabrá aprovechar como argumento de campaña, por aquello de que “los trapos sucios se lavan en casa”.

Bien sabemos que la gestión no es perfecta, que hay asuntos que deben mejorarse partiendo incluso de los métodos y hasta el lenguaje para conectarse con el país, que quizá algunos aspectos dejan mucho que desear, pero no es el momento para salir a gritarlos a los cuatro vientos y afirmar a la vez que se sigue siendo revolucionario y no caer en cuenta que se le hace un flaco favor a un proceso de cambio que, mal que bien, está años luz en cuanto a realizaciones inclusivas del pueblo, muy distinto a lo que aquí se vivió durante más de cuarenta años y que fue el acicate, que precisamente, pasando por hechos dolorosos y sangrientos, llevaron a un grupo de hombres y mujeres a lanzarse en un aventura que aunque fracasó, sirvió de base para impulsar lo que hoy se vive, que incluso ha servido de inspiración para que otros pueblos luchen como aquí por su libración definitiva.

Florencio vestido de revolucionario, con la tradicional chaqueta tricolor, criticaba al Presidente-candidato, expresiones que él llamó ofensivas y peyorativas contra el contrincante, según él los epítetos de “escuálido”, “majunche”, “apátrida”, “`pitiyanqui”, “chayota”, etc. no deberían usarse más, porque considera que puede ser contraproducente. Ello es discutible, no estamos en una batalla en la que el enemigo, se parece a la madre Teresa de Calcula”, toda bondad, no somos quienes estamos obligados a colocar porque sí, la otra mejilla, cuando del otro lado lo que recibimos es boñiga pareja, pero además porque cada palabra que el comandante lanza pasa a ser de inmediato parte del lenguaje del pueblo venezolano, no solo revolucionario, sino incluso hasta el de los contra, son palabras que sin acompañarlas de otras por sí solas pintan de cuerpo entero al contrincante y con ellas y sin más, el pueblo entiende de tal manera que sobran explicaciones.

Por el contario tendría Florencio, que revisar la contraparte, para que compruebe que al Jefe de Gobierno que merece todo el respeto por la majestad de que está investido por el pueblo, se le ha tildado desde sátrapa, dictador, tirano asesino, ampón, etc., hasta mentarle la madre por televisión sin que nada suceda, en una demostración incuestionable de la amplísima libertad de expresión que a aquí, como en ningún otro país del mundo, disfrutamos los venezolanos; pero es que además se le ha deseado abiertamente la muerte, se le ha intentado asesinar, se ha irrespetado su más próxima intimidad que es su familia y se ha llegado a extremos tales que en cualquier país del mundo no sólo nadie podría expresarse así de un Jefe de Estado, sino que sería castigado y en algunos no viviría para contarlo.

Por otro lado, y en ello le daría la razón, si lo que afirma fuera real, Florencio crítica que se esté actuando con triunfalismo; yo no lo he visto, por el contrario, he oído en múltiples oportunidades al candidato de la Patria haciendo un llamado firme a que nos cuidemos de caer en ese error, su expresión siempre ha sido la de que el juego no se gana hasta que se haga el último out, pero también es algo que han repetido los lideres del comando Carabobo, así que no creo que ese fantasma del triunfalismo esté haciendo mella en la carrera hacia la ratificación del Presidente y de su Proyecto que a pesar de los inconvenientes, porque hay que estar claros que Venezuela no estaba preparada para cambios tan profundos y por ello lo del paro petrolero, por ello lo del golpe de Estado para no nombrar sino dos de las acciones contra revolucionarias, por ello lo de la acción soterrada de los infiltrados, en las FANB, en las diferentes instancias de gobierno, las traiciones, todo lo cual ha servido no sólo para la depuración revolucionaria, sino para que el proceso se consolide, aun estando conscientes de que queda mucho camino por recorrer, en el cual la revolución necesita de persona como Florencio, metiéndole el hombro a la Revolución para que los ideales que le llevaron a tomar las armas que el pueblo le dio, un 4 de febrero inolvidable en la madrugada, no se pierdan y que está vez el sueño de su Jefe de Rebelión el gran Simón Bolívar se cristalice en una verdadera y definitiva independencia.

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Saúl Molina Z


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