Más de 48 horas han pasado desde que terminó
el evento de lanzamiento de la candidatura presidencial del Partido LIBRE.
Hemos tenido la oportunidad de escuchar y leer múltiples opiniones; de todas
ellas parece que el análisis del periodista Félix Molina es el más minucioso,
y, en nuestra opinión, acertado en muchos puntos. Ha existido mucha pasión en
los comentarios de los medios afines a la lucha revolucionaria del pueblo
hondureño, y no es para menos, la demostración popular de Galeras fue
impresionante. Hay razones para estar llenos de júbilo.
También hemos tenido opiniones contrarias de
un sector teóricamente de izquierda, opuesto intensamente a la existencia misma
de LIBRE, que ha externado opiniones que reflejan su tendencia a producir
juicios poco relacionados con la realidad, y su reincidencia en enfocar su análisis
lejos del accionar del pueblo. No tengo los medios para discutir la cantidad de
personas que asistieron, y creo que una discusión seria no debería centrarse en
ese factor, menos compararlo con lo que lograron Carlos Flores o Rafael
Callejas en su momento, ni se debe cometer el error, recurrente en varias
personas supuestamente progresistas, de minimizar el papel del pueblo en la decisión
de sumarse a este proyecto. Algo que no puede obviarse aquí es el hecho de que
el pueblo llego consciente de lo que sucedería, y lo que sucedió era lo que
esperaba.
Tampoco se puede caer en el mismo criterio de
la derecha, usado hoy mismo en algunos medios de comunicación, de enfocar al
Partido LIBRE de la misma manera que el resto de los partidos. Fundamentalmente,
no es LIBRE el que lleva al pueblo; es el pueblo el que guía la acción del
Partido. En términos concretos, querer hacer paralelos es absurdo y anti dialectico,
todos los procesos sociales son diferentes, y el accionar de los pueblos es
condicionado por muchos factores. Sería grave aplicar juicios mecánicos, dogmáticos
y metafísicos a la realidad hondureña, y tratar de meterla en moldes ya hechos;
un ejemplo de este error seria comparar lo que sucede aquí con lo que sucede en
México, aunque sería razonable tratar de asimilar la lección de esa
experiencia.
La visión científica sobre los procesos
sociales no puede nunca permitirse el abordaje ahistórico de las cosas; por el
contrario, el mejor análisis posible surge de la composición entre la
historicidad y las herramientas de análisis de que se dispone. En palabras más
sencillas, cualitativamente, la consciencia del pueblo que acudió al
lanzamiento de Callejas es infinitamente distinta, a la de aquel que acudió al de Flores (que por
cierto fue derrotado por el primero ocho años antes), imaginemos ahora las
condiciones cualitativas del pueblo que acudió a Galeras. No se debe preguntar
si LIBRE puede organizar a esta gente, o preguntarse si se pueden “convertir”
estas personas en votos; la sola formulación es absurda porque tal conversión no
existe. Si vale preguntarse si el nivel de organización del pueblo al momento del
golpe de Estado del 28 de junio, y el de hoy son similares o podemos notar mayores
niveles organizativos. La derecha hondureña nos da la respuesta a esto: si hay más
organización, ese es el problema que tiene la reacción en este momento.
Esa derecha que aún no sale a hacer frente al fenómeno
Santa Bárbara, se ha mostrado cauta, ni siquiera se ha atrevido a juzgar el carácter
revolucionario, democrático y socialista de la propuesta. Apenas alguna alusión
de un señor con un programa de televisión en el TEN que se dice Foro, hablo de
que se estaba proponiendo una dictadura, solo lo dijo una vez, y lo hizo más
por su instinto, de origen claramente militar. El representante del partido liberal apenas
atinó a hablar de la usurpación de los colores de su partido, lo que refleja más
su profundo analfabetismo político que algún nivel de seriedad en el análisis.
Como era de esperarse, recurrió a la aritmética elemental para argumentar que
cuando ellos ya tuvieran su candidato se verían mejor.
Otros hablan de “refundición” de donde podemos
sacar algo positivo: admiten que tienen “fundido” el país. Naturalmente, las
serias carencias de la derecha la han metido en una encrucijada, simplemente
porque no tiene una propuesta seria para sacar el país de la ruina en que lo
han metido, y el planteamiento que hace LIBRE es contundente y categórico: hay
que cambiar el modelo y el sistema para poder avanzar hacia el desarrollo, y
organizar la sociedad de una forma más igualitaria y justa. No se ve posible
que la derecha recalcitrante de los partidos tradicionales, argumente con
cifras una contrapropuesta, el desastre de Lobo es la suma de todas las
maldiciones que el neoliberalismo ha impuesto en Honduras por 30 años.
Tampoco es posible que entren en una argumentación
política ideológica de contenido; difícilmente podrían explicar porque el
presidente de la Republica es un simple administrador de los intereses de la oligarquía
y el imperio, menos aún porque las secciones clave de las Fuerzas Armadas
responden directamente a organismos de inteligencia en Estados Unidos, o porque
las instituciones encargadas de la política monetaria no responden al
Presidente sino al Fondo Monetario Internacional. Explicar porque han
convertido al Estado en un sirviente de las transnacionales y de los banqueros podría
ser un problema mayor para los candidatos de la derecha (que son muchos por
cierto).
¿A que van a recurrir entonces?, posiblemente
terminen desempolvando las viejas acusaciones del chavismo, el castro
comunismo, la expropiación hasta de la ropa interior, y otros fantasmas que han
dado muy buen resultado en otros países. Por lo pronto, están recurriendo con
mucha frecuencia a las declaraciones desafortunadas del Padre Milla, las que después
de leer nos damos cuenta fueron maliciosamente manipuladas, referentes a las
narco planillas. Claro que esto se acabara fácilmente cuando TODOS los partidos
demuestren estar limpios de la influencia de los carteles de la droga que
operan sin ninguna dificultad en el país. Es evidente que resolver este asunto,
como recomendó el padre Milla, para LIBRE será más fácil, que para aquellos que
ya viven sometidos a la férrea presión de estos grupos.
Anticipamos hace mucho tiempo que estos
ataques se darían; lo que no calculamos bien fue la determinación del pueblo
que ha superado de lejos a toda la dirigencia, que hoy está obligada a
responder contundentemente a la posición popular. Hay que seguir el rumbo, la revolución,
y ver siempre hacia el horizonte socialista, en ese camino rescataremos nuestra
Honduras de este fango infernal en que ha sido atollada por muchísimas generaciones
de cobarde entreguismo de las endebles aristocracias locales, que hoy, estando
fuera de la oligarquía, siguen sirviendo a esta y al imperio de trampolín para
hacer daño.
rsalgadob@yahoo.com