¡El gordito espaturró al flaquito!


¡Eso de enfrentar a Chávez –y, menos, por encargo- yo no se lo deseo ni a mi peor enemigo porque quien lo intente va a llevar más palo que una gata ladrona y no le deseo mal a nadie!

Reducir o no los trámites hace impacientes o pacientes a los hombres, de lo que deriva confrontación inútil, por lo general. Bueno, fíjate que Capriles andaba el domingo sudando la gota fría (de Carlos Vives) y para colmo, el lúnes le cayó encima el chorrerón de Chávez Frías, así que debe andar bien engarruñao y hasta puede coger un pasmo.

Capriles debe dejar la impaciencia y ponerse a estudiar mientras le llega el turno, cuando San Juan agache el dedo, lo que seguramente podría ser el 7 de octubre del 3021 y, si para entonces Lucía vuelve a preguntarle cuántos libros ha leído, él podría lucirse entonces porque la verdad es que ahora desluce y muy feo.

Chávez es un líder muy bien ubicado, tiene la cabeza sobre los hombros no en otra parte, revela estar asociado a la reflexión crítica y se afinca en el estudio y en el trabajo para transformar las caducas estructuras del modelo político y social capitalista que tanta miseria ha causado a Venezuela y, por si fuera poco, enmarca la lucha hacia el referente humano, lo que denota una orientación del carajo, es la orientación del verdadero socialismo.

Chávez expresa criterios de calidad, tiene una extraordinaria noción de porvenir, por lo que me impresiona gratamente; en contrario, Capriles no le llega a Chávez ni por lo garretes en ningún terreno, Capriles es una nulidad que quiere ser-por encargo de Obama- presidente de Venezuela.

Se requiere producir conocimientos que abonen la batalla y nos conduzcan a un resonante triunfo el próximo 7 de Octubre, no bastan los que tenemos, así que hay que montarse en el “Carrito de Lola” (un ratico a pie y un ratico echándole bolas), recordemos que las mejores ideas son las que se debaten y que a cada tramo de la batalla el enemigo va a inventar jodernos, por lo que debemos pensar en movimiento, hay que mover y mover los remos y pensar sobre la marcha porque va a ser necesario cambiar la estrategia, en movimiento, en la calle.

Cuando Chávez se esmachete, ni Pastor Maldonado va alcanzarlo, contimás el autobús del progreso; apenas calentando los motores y dejó espaturrao y patuleco al flaquito.

¡A beber agua´e mango!



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Guillermo Guzman


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