Sembrando democracia interna, se cosecha la unidad

Es materia de debate en la creación y consolidación del instrumento político adecuado para defender la Revolución Bolivariana, que forma de funcionamiento conviene más para lograr altos niveles de adhesión y participación popular dentro de la organización.

Entonces surge la interrogante respecto a si es saludable para el partido revolucionario que desde fuera de su estructura orgánica, aparezcan simpatizantes del proceso bolivariano que presenten su candidatura para cargos de elección popular, apoyándose en la propaganda de medios de comunicación alternativos y colectivos populares o movimientos sociales que se manifiestan a favor del candidato.

Existe una doble interpretación para este fenómeno, por un lado pudiera considerarse que estas candidaturas y precampañas electorales que se construyen desde el exterior del partido revolucionario contribuyen a democratizar la organización política ya que en muchos casos le permiten a la comunidad (revolucionaria pero no militante) exteriorizar libremente su agrado o preferencia por un determinado dirigente popular que reune cualidades para competir por un determinado cargo (gobernación, alcaldía, diputación).

No obstante, el punto de vista contrario, indica que asumir esta metodología de selección de candidatos desde afuera del partido revolucionario, pudiera debilitar la estructura orgánica del principal instrumento político de la Revolución Bolivariana, ya que desautoriza o subestima el liderazgo y el trabajo de los militantes activos que hacen vida diariamente dentro del destacamento y que por su labor disciplinada deberían gozar la prerrogativa como primera opción para ser elegibles a la candidatura, por encima de cualquier actor ajeno al partido.

Como reflexión autocrítica para la revolución venezolana que apunta hacia el socialismo, lo justo es reconocer que la conformación de un instrumento político popular implica que la mayoría popular se inserte en él, de modo que campañas externas que luego procuran la aprobación del partido, tienden a deslegitimar los estatutos de la organización y la jerarquía de los militantes disciplinados. Sin embargo, si el partido se hace elitesco y excluyente, y por ende se desvincula de su misión originaria de darle cantidad y calidad a la fuerza social que debe impulsar a la revolución; entonces es inevitable que aparezcan personajes revolucionarios y colectivos insumisos, que sobrepasando la rigidez estatutaria, propongan sus candidaturas para contribuir al avance radical de la justicia social desde el ejercicio de cargos de elección popular.

En definitiva, para que haya unidad popular, debe prevalecer la máxima democracia interna.


Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales (UCV).
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com


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Jesús Silva R

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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