Respuesta al artículo de Aníbal Garzón:

La hoja de coca es bendita, como todas las drogas

Hablar de drogas no puede ser mas esta forma de ver las cosas en blanco y negro, las drogas son y han sido una  puerta a al absoluto, el capitalismo las convirtió en mercancía, ese es el único problema.

Una vez el café fue prohibido, como el alcohol y como hoy tantas otras sustancias. Hablar desde una falsa moral entre lo bueno y lo malo naciente de la legalidad o no de cualquier sustancia que los hombres y mujeres consumen, implica tomar posiciones claras ante este tema. Bolivia no solo debe defender el masticado de coca, hay que ser claros.

Millones de quienes habitan el planeta consumen no solo hoja de coca sino cocaína, así como fuman mariguana o cualquier sustancia catalogada como sicotrópico. En el mundo actual la moral actúa de forma irracional ante este evento. Bueno y malo no son los parámetros. Igual sucede, solo que pocos y pocas lo abordan desde la verdadera visión. El narcotráfico es la fachada de un poder económico nacido por la comercialización de estas sustancias que siempre han existido, que han tenido un sentido religioso o medicinal antes que fueran ilegalizadas y convertidas en “evasivos ilegales”. Millones de seres humanos viven con el estigma de ser señalados como seres borderlines, como abusadores de estas sustancias que si tienen un sentido en la vida de la especie, mucho más allá del sin sentido que impuso su comercialización.

Entender que el uso de estas sustancias que producen aberturas en la percepción, que abren las puertas para nuevas formas de percibir la vida misma siempre estuvo presente en la vida del ser humano debe acercarnos a la realidad. Nocivo si es el consumo de ellas como puerta de escape antes que de encuentro. Nociva es la realidad que hoy vivimos cuando se han convertido en mercancías con valor de cambio. Las drogas son  y fueron siempre puertas a la percepción de nuevas realidades. Eso no aplica en los códigos de la moral. Es una realidad histórica. El estigma social persiste. Si alguien consume en exceso alcohol, no será castigado de igual forma que quien consuma sustancias ilegales. Sentenciar a quienes consumen drogas ilegales como delincuentes es un absurdo.

Luego de años de luchar por ayudar a quienes son atrapados en la adicción, confieso que termino pensando que el único camino ante el problema del narcotráfico es la legalización. No hablo de comercialización como pasó con el alcohol, hablo de quitar el valor de cambio a sustancias ilegales, situación ilegal que promueve su oferta y su consumo. Hablo de dar el golpe certero al problema: LA DROGA ES UN VALOR DE CAMBIO, UN PRODUCTO QUE PRODUCE GANANCIAS AL ESTAR PROHIBIDO.

Quienes me conocen saben que soy un luchador por las víctimas de este mercado infernal. Pero por lo mismo tengo que abrir los ojos y asumir posiciones coherentes: hay que legalizar las drogas para eliminar la mitad del problema: EL NARCOTRÁFICO. Luego se deberá actuar para dar respuestas a las víctimas de la ilegalidad. Al ser sustancias que no producen ganancia, cesará su oferta como negocio en las poblaciones vulnerable, pero será necesario atender  a quienes quedaron enganchados.

Estando en Bogotá escuche al Ministro de Relaciones Interiores diciendo que Colombia no propondría la legalización en la próxima reunión de Las Américas, pero que apoyaría a cualquier otro país que lo hiciera. Me parecía extraño además que Colombia es el único país de Suramérica que penaliza como delito la tenencia de cualquier cantidad de drogas ilegales. Ellos siempre se cuidan. Siendo el mayor productor de cocaína, castigan a su población por consumirla. Creo que estamos cerca de una ruptura epistemológica continental. Las drogas son dañinas por que son mercancías de valor que producen riqueza, y su ilegalidad ayuda a mantener estos mercados que seguramente son manejados por el pentágono mismo. La heroína fue lo que coronó la invasión norteamericana en Afganistán, la mariguana y la coca lo que encubre el Plan Colombia. A quien menos favorece la legalización (no comercialización, ¡ojo!) es al imperio.

Manuel Zelaya propuso meses antes al golpe que lo derrocó, la legalización con el objetivo fundamental de sepultar el narcotráfico y su violencia. Veamos que pasa en la reunión de las Américas, pero este es un tema que no se debe postergar, son muchos y muchas las víctimas del comercio ilegal de estas sustancias que antes de ser prohibidas y comercializadas, solo daban sentido a la vida del ser humano sobre este hermoso planeta.

brachoraul@gmail.com



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Raúl Bracho


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