Es un exabrupto pedirle al Estado venezolano que se reconozca la Lengua Patuá como patrimonio lingüístico de los Afro descendientes

La pelea es peleándola dice un dicho en el país.., pero nos parece que es deshonesto lo que está Haciendo ciertas organizaciones que se auto-determinan como descendientes de africanos (afrodescendientes) quienes han venido caracterizándose por apropiarse de un trabajo político que no le corresponde, con tal de que se les reconozcan su ascendencia africana y tengan presencia en la arquitectura política administrativa que tiene el gobierno bolivariano .  

Por ello no les importó que la Ley Orgánica Contra la Discriminación Racial, se haya convertido en acto apresurado de la Asamblea Nacional, que ameritaba un estudio serio con profesionales en el área que se encuentren imbuido dentro de los parámetros que la refundación de la República Venezolana necesita (en el que se nota que no fueron invitados los expertos del derecho que se encuentra en la Misión Justicia Socialista, a pesar del gran debate que se está llevando a cabo en la Universidad Bolivariana de Venezuela, sino aquellos que provienen de las universidades tradicionales, las cuales no tienen comprendido en sus diferentes programas de estudio, el fundamento de tal complejidad y menos la importancia que tiene el Derecho consuetudinario en un espacio geográfico complejo conformado por diferentes culturas, demostrándose que nunca estuvieron interesados en ir abriendo las puerta para que se dé un debate profundo y serio en sus diferentes casa de estudio sobre el Derecho Socialista a implementar en este proceso de cambio que estamos viviendo en Venezuela),  puesto que dicha postura implicó el desconocimiento de los principio socialista para imponer los fundamentos jurídicos punibles que caracterizan al derecho positivo para dejarse de lado,  al derecho alternativo venezolano (o Derecho Socialista), puesto que en la referida ley se niega el pluralismo jurídico que se encuentra establecido en la Constitución Bolivariana para convertirse en una ley mono jurídica que reconoce la visión unilateral, racista, endoracista y positiva que se encuentran en los diferentes Códigos de enjuiciamiento que tiene el país y por otro lado, porque viene a contradecir la potestad multiétnico, pluri-cultural y multilingüe que se encuentra establecido en el Preámbulo de la Constitución Bolivariana, viniendo a no ampliar y enriquecer la noción de Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia establecido en el Art. 02 de la CRBV, pues ello implica la aceptación de un sistemas normativos diferentes al estatal que se va a caracterizar por la participación de nuevos actores sociales dentro del sistema de administración de justicia que interpretaría el derecho venezolano de otra perspectiva y aplicaría de forma diferente y respectando la diversidad cultural, formas propias de resolución de conflictos (visión pluri-jurídica), de acuerdo a su cosmovisión y tradiciones (como la de los indígenas). Así la justicia, como valor superior del ordenamiento jurídico, alcanza su verdadera dimensión, pues la retribución concreta que espera del derecho (para nosotros “equidad” o justicia concreta) responderá de acuerdo a sus patrones culturales y no conforme a un derecho ajeno o de “terceros”. Postura que entra en contradicción con el Derecho consuetudinario, puesto que en el país quienes quieren que se les reconozcan sus descendencia africana, no cuentan con lo estos fundamentos jurídicos (pluricultural y lo multilinguístico), porque son culturas homogéneas  que y sus particularidades las podemos conseguir de formas semejante en cualquiera cultura que la conforma (por ejemplo las particularidades que conseguimos en la Fiesta San Juan, la podemos conseguir en Naiguatá, Curiepe, Dto. Capital, etc., variado solamente en uno o dos instrumentos de percusión, pero…, los cantos y solemnidades son los mismos) que a diferencia de los pueblos originarios que son reconocidas como una cultura autónoma y que poseen una jurisdicción especial y es por ello que se fueron abrazar de los fundamentos que sirvieron de fuente para la imposición en el mundo del derecho positivo (porque es el único que conocen los pueblos que se caracterizan por poseer una piel negra al quedarse sin geografía espacial y sin identidad cultural y no copiar la del que poseían el mayor poder de fuego simbólico, porque que lo contrario, implicaba su disipación o exterminio. Por cierto, consideramos que es un exabrupto el exhorto que hacen al Estado venezolano sobre la importancia de la Lengua Patuá como patrimonio lingüístico de los Afro descendientes venezolanos, la cual es un sistema de comunicación que es no es venezolano que por su contenidos lingüísticos franceses se caracteriza más con Jamaica, Trinidad, Haití, etc.) .

 
       En este orden de ideas, el artículo 260 de la Carta Magna reconoció la Jurisdicción especial a las autoridades legítimas de los pueblos indígenas, con la potestad de resolver los conflictos entre sus miembros dentro de sus espacios territoriales (hábitat), de acuerdo a sus tradiciones ancestrales; es decir, se reconoció a los pueblos indígenas la vigencia de sus sistemas legales, autoridades y procedimientos. Esto quiere decir que a la hora de un auto reconocimiento como pueblo que tiene una propia identidad, se hace necesario cumplir son esos rasgos jurídicos y es por ello que se perdió la posibilidad que las autoridades de los pueblo que se auto determinan como "Afros", puedan en su hábitat (si es que la tienen) ejerce instancias de justicia en base a su nueva geografía espacial porque no las poseen y que sólo afecten a sus integrantes, según sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a esta Constitución, a la ley y al orden público (La ley determinará la forma de coordinación de esta jurisdicción especial con el sistema judicial nacional).     

En este sentido desde hace muchas década, venimos diciendo que se hace necesario realizar un diálogo fructífero, honesto, proactivo, participativo e incluyente que nos ayude acércanos a los recónditos escondidos que se encuentran detrás de los segmentos histórico que le dieron vida a la diversidad venezolana, en donde pareciera (...), que se quisiera  negar este hecho concreto dentro de una realidad específica y no darse cuenta que se hace necesario multiplicar la diversidad de lo real para lograr la comprensión de la totalidad, porque los hechos históricos son un producto humano concreto, ideal y que por lo tanto en la construcción de la misma, ha jugado un papel importante la relación de los hombres entre sí y de éstos, con la naturaleza. Pero pareciera que por encima de todo, no se quiere entender  que es necesario reivindicar un debate de manera constructiva y dialógica,  en contra de la exclusión  que llama a la reflexión y que conlleve a que todos los venezolanos se incorporen a ese debate (porque la cultura negra no se puede aislar de la blanca y menos de la indígena, ya que allí están sus fundamentos que le permitieron su existencia y no es solamente un problema de quienes poseemos una piel negra, sino de todo el pueblo venezolano y aquí se está tratando de aislar a las otras poblaciones que conforman la venezolanidad), en donde se  reivindique que en  toda comunicación debe existir empatía, el respeto hacia el otro, para no asumir una conducta excluyente que se hace manifiesta, que no ayuda a que éste sea fructífero y agradable y que por otro lado, se convierta en transformador, para no asumir una postura inadecuada que incomoda al otro, que no permite que las partes puedan llegar acuerdos y de esta manera el debate se institucionalice y cumpla con el rol que se le asigna.

Por ello creemos que no se ha comprendido el mandato expreso que se encuentra inserto dentro de nuestra Constitución Bolivariana, la cual ha incentivado “…un profundo cambio de perspectiva política y cultural que viene a  reorientar la conducción del Estado venezolano, por su carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe…” (Preámbulo. CRBV), en el que se les reconozca sus especificidades y, en particular, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, sus idiomas y religiones, así como el derecho que tienen a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad, la disposición contenida en el artículo 126 de la CRBV, en el que se declare que los citados pueblos forman parte de la Nación, del Estado y del pueblo venezolano como único, soberano e indivisible (Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 1.641/2000), asemejándose dicha conducta a la asumida por quienes han venido profundizando la  segmentación de la venezolanidad y que en el fondo tiene un contenido político. Cuestión que no ha cambiado nada y que podemos percibirlo en la postura asumida por algunos sujetos de la acción que de manera apátrida se auto reconocen como “Afrodescendientes”, a los cuales no les importa recubrirse de un discurso, con la intención de restarle importancia al aporte que han hecho las culturas negras a la diversidad venezolana, y sería insensato, apátrida si cayéramos en su juego, puesto que estos grupos que producen esta acción marginal, no les ha importado negar su estética, y echar a un lado su venezolanidad (hasta el punto que le han pedido a sus acólitos que copien los estereotipos africanos y que aprendan sus formas de comunicación, porque no quieren reconocer que son pocos los rasgos que nos identifican con el continente africano), quienes en un vocabulario soez esconde sus verdaderas intenciones, ven a los nuevos pueblos recubiertos de una mentalidad carente de capacidad para llegar a la abstracción acerca de lo que acontecía en la vida cotidiana y en su relación con la naturaleza, y es por ello que los ven, como emporios humanos que poseen una cultura inferior, integradas por hombres que no estaban en capacidad de poder construir un sistema lógico o pensar lógicamente, producto que la pérdida de su trazo colectivo, influyó en  su disgregación e imposibilidad de ceder a las características grupales conservadas en su comunidad de origen y es por ello, que esto permitió al hombre europeo  mantener su mayor poder de fuego simbólico, para poder seguir considerándolos, como entes pocos conocedores del trabajo intelectual, enemigos declarados de las letras y las Bellas Artes, poco propenso a ser depositarios del saber.  

Es por ello que venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo que el término "afro-descendiente", es antijurídico,  intrascendente, anti-histórico que irrumpe en contra de las fuentes que sirvieron para crear la República (1810), donde no se explica que se utilice este momento, en el que la Revolución Bolivariana está propiciando un nuevo sistema de participación centrado en la cohesión, participación y corresponsabilidad que incluye el relanzamiento de nuevos paradigmas que vienen a  favorecer una generación de alternativas que están auspiciando un sistema que implican una serie de procesos con el propósito que transfieran su efectividad dentro del contexto local y para ello se hace necesario adecuarlos dentro de una serie de principios y valores consustanciados con el proceso histórico que estamos viviendo, en donde la participación debe conllevar a la cimentación de una visión compartida que genere un pensamiento holístico en función de concebir un ciudadano que tenga una capacidad de comunicación proactiva que a la vez posea un esquema conceptual actualizado y socializado, con el propósito de que se pueda discernir en cuando al uso agudo de herramientas que confieran su formación particular, lo cual implicaría compartir una imagen de futuro que permita el desarrollo de la energía generativa de lo humano, con la finalidad de afirmar la nacionalidad venezolana y reconstruir un país más justo y ético que tome en cuenta la importancia que tienen los principios y valores para el desenvolvimiento de sus potencialidades, la imaginación productivas, la sensibilidad de percepción y la comprensión del espíritu (por ello... la lucha por su memoria no se puede separar de su nueva geografía espacial, ya que la ascentralidad se perdió, no existe, se transformó y nació otra, puesto que la cultura negra no es producto de lo africano solamente, sino también de lo blanco y lo indígena, en el que ninguna de estas culturas se puede adjudicar su origen, aunque fenotípicamente la pigmentación sea parecida a la africana porque en otro casos, se imponen otros tipos de rasgos.
 

   Postura que vienen a cambiar el papel que juegan las conjeturas, que tiene una gran connotación en la defensa de nuestra identidad, que nos ha servido de base para desechar como colectivo, el término “AFRODESCENDIENTE”, porque se había convertido en una propuesta incoherente, deshonesta que contribuyó a quebrantar el espíritu de la emporios que poseen una melanina negra, al intenta borrar de un plumazo nuestra participación en la construcción de la diversidad venezolana. Lo cual envuelve un juicio de valor que les permite  cobijarse con una serie de argumentos que deja claro su arrepentimiento por haber nacido negro y su sosiego porque se les reconozcan su ascendencia africana, no pudiendo superar esa confrontación de su personalidad para asumir otra , llevándolos a etiquetarse y ponerse al lado de quienes históricamente ratificaron su inferioridad intelectual, en el que todo lo que proviniera de él, pareciera ser malo, vulgar, que los llevó asumir una actitud endoracista que contribuyó  a su desvalorización que converge en su manera de danzar, vestir, reír y cantar, donde toda una imaginería popular del lenguaje se creó para ilustrar un comportamiento negativo, sin comprender que dicha conducta fue producto del trato inhumano a que fue sometido y que por encima de ese trato cruel, tuvieron la capacidad de crear una cultura distinta a la africana, indígena y la europea, en que la compresión a su situación se hace inherente y sirvió como especie de panacea contra esa atmósfera cargada de negatividad, transformada en estereotipos en contra de su cultura, por su tono de la piel, la forma de la nariz y el tipo de cabello, convirtiéndose estos elementos, en mecanismos claves que lo sigue considerando como un ser feo que fenotípicamente es despreciable.

brunildeplcs@gmail.com



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