A Ramón Alberto Escalante, en torno a su artículo, "El Zulia y la explotación carbonífera"

A continuación adjunto la réplica al artículo "El Zulia y la explotación carbonífera" del abogado y politólogo Ramón Alberto Escalante publicada el día viernes 1 de abril de 2005 en el diario Panorama

Maracaibo, 2 de abril de 2005
Ciudadano Ramón Alberto Escalante:
Ciudad.-

Ante todo reciba un saludo de parte del joven de 26 años Nicanor A. Cifuentes G., biólogo graduado del Departamento de Biología de la Facultad Experimental de Ciencias de La Universidad del Zulia y docente de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Le cuento que he leído su artículo luego de retornar, casualmente, de la marcha que se realizó el día 31 de mayo de 2005 en la ciudad de Caracas, con la intención de hacer ver al Presidente de la República la magnitud de la manipulación y el sesgo al que ha sido arrinconado el gran debate sobre la explotación con minas a cielo abierto del piedemonte perijanero pretendido por El Estado Venezolano y puntuales trasnacionales.

Le escribo en ánimo de puntualizar algunas informaciones que parecieran escapársele desde su enfoque por demás ajeno a la realidad que se padece desde hace varias décadas en la Serranía de Perijá, con relación no solo al tema del carbón sino al enormemente pospuesto rol del Estado en cuanto a asistencia social.

Tengo más de cinco años escribiendo en la prensa regional y participando activamente del debate que usted pretende hacer ver desde su artículo como reciente y como urgente cuando ya toda la colectividad sensible al tema viene haciendo y no diciendo cómo es la manera en que queremos que sea tomada en cuenta la comunidad indígena que ancestralmente habita la Serranía de Perijá.
Por ello le invito, de manera cordial, a una relectura crítica de su artículo en el diario PANORMA del día viernes 1 de abril próximo pasado:

Dice usted: “Con retraso de tal vez 20 años, porque hace ya dos décadas que comenzó esta explotación, por primera vez se manifiestan dudas en público sobre la conveniencia para la región de la extracción de carbón”

Creo, desde mi humilde posición de observador de la realidad regional y como atento escucha -desde mis estudios de bachillerato (1990-1995)- de las continuas declaraciones populares que se vienen gestando en el estado Zulia, que la manifestación de dudas no es reciente y mucho menos es la primera vez.
Acá demuestra su persona poca seriedad en cuanto al tema, y desconoce años de plural y contundente rechazo de parte de las comunidades de El Bajo (Municipio San Francisco) y las comunidades campesinas de los municipios Mara y Páez, del enfoque falsamente concebido como “desarrollista y progresista” del menos sustentable proyecto económico de la región: la explotación carbonífera.

Resulta olímpicamente vergonzoso saber que su artículo no se ampara en datos y cree arropar a la realidad de continuas denuncias y señalamientos en fiscalía como de nulos e inexistentes y que recientemente (lo dice usted) apenas se corre el velo de la duda sobre la actividad carbonífera en la región.

Continua señalando Usted: …” Dios, en su infinita bondad para con esta tierra, no solo le dio uno de los estuarios más grandes del mundo, y no sólo los yacimientos petroleros que movieron la industria nacional desde los años veinte. También formó una plataforma carbonífera que se extiende a lo largo de varios municipios y bordea parte del estado en su franja oeste”.

La verdad acá no tengo ninguna objeción, sólo que trabajar un discurso nostálgico muy parecido al de nuestras gloriosas notas del himno regional no son buen presagio para iniciar un debate serio sobre esta problemática de largos años y de pocas respuestas gubernamentales.

Señala Usted con muy poco conocimiento geográfico más sí geológico: “Un gigantesco pedazo de la Guajira (incluso la Guajira Colombiana) está asentado sobre inmensurables yacimientos carboníferos, no sólo en Guasare, también en Socuy, que ambos yacimientos integran la misma plataforma geológica. Así mismo en Cachirí, quizás hacia el Municipio Jesús Enrique Losada y seguramente en parte de la Sierra de Perijá…”

Pregunto yo: ¿Es que acaso el abogado y politólogo Escalante no maneja datos tan básicos que señalan que Cachirí es también Perijá en su porción más septentrional y que a su vez forma parte de la cuenca Hidrográfica y Carbonífera del Guasare, una de las 11 cuencas que confluyen hacia el Lago de Maracaibo y que surte de agua, gracias a su compleja fisiología ecosistémica (altamente intervenida con las minas de carbón Paso Diablo y Guasare y con la incontrolable deforestación) a los embalses de Manuelote y Tulé, mismos que despachan el vital líquido a las ciudades de Maracaibo, el Moján, Santa Cruz, incluyendo algunas localidades de la COL?

Desde una comparación muy fácil el politólogo y abogado Escalante hace preámbulo para, luego de una comparación entre la exploración y explotación del carbón en Europa y en el Estado Zulia, señalar lo siguiente: “Evidentemente que esta minería nuestra, a cielo abierto, es una bendición del cielo y no una debilidad ni un problema para nuestra economía”

Creo que esta es una afirmación muy alegre estimado politólogo y abogado Escalante. No puede ser una bendición del cielo –metafísico por demás y le respeto sus creencias religiosas- la explotación de carbón a cielo abierto!!! ¿Es que el autor desconoce que el verdadero cielo, el que veo cotidianamente, no esparce el polvillo de carbón entre los moradores y obreros de las minas, saturando sus pulmones de pneumoconiosis y demás afecciones bronco-pulmonares? ¿Es que acaso por no ser debilidad ni problema económico debe dársele puerta franca a la explotación del carbón por muy superficial que este se encuentre? ¿Dónde queda la visión integral, sociocultural, amparada en nuestra Constitución que señala que toda actividad de la cual se sospeche una impactación del ambiente debe además de contar con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), de un estudio sociocultural que hable de las diversidades de modos de ser, de identidades, de culturas y cosmogonías a ser perturbadas por la actividad económica? ¿Desconoce el abogado y politólogo Escalante los cambios altamente valiosos que están consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela?¿Sobre qué plataforma habla de no debilidades y no problemas para nuestra economía mas si de bendiciones del cielo? Por favor!!!

Líneas más adelante el autor hace señalamientos internacionales muy valiosos, pero los mismos se estrellan cuando hace ver que, casualmente por esos señalamientos políticos, económicos, técnicos y científicos, existirían grandes ventajas lucrativas y competitivas en lo que yace en nuestro subsuelo regional, léase carbón. A continuación lo dicho por el autor:

“La evolución del mundo industrial ha resultado reiterativa en torno a la importancia de estos combustibles fósiles. Hace treinta años se padecía un mundo del petróleo demodé, con automóviles que utilizarían energía solar y electricidad a partir del viento. Se computarizó el mundo entero y el desarrollo económico vinculado a la globalización generó una hiper – demanda energética, la del petróleo a cincuenta dólares, aún con la OPEP en rol transaccional, la Agencia Internacional de Energía y todas la potencias pujando para bajar el precio. Las revoluciones económicas de China e India han puesto a valer el petróleo, el carbón y el gas. Cuando alguna vez ocurra lo mismo en África, Asia o Latinoamérica, cada puñado de combustible valdrá tanto como el oro, porque para crecer las economías necesitan la fuerza motriz del combustible.
Entonces el carbón del Zulia es una de las principales fortalezas que tiene la región”.
Entonces resulta, y es acá donde quiero insistir, que en virtud de estar globalizados, en virtud de que el planeta se nos hizo pequeño y no logramos cristalizar los sueños gestados en el pasado (de una tecnología limpia, de una civilización más consciente de su rol como otra especie biológica más y con unas dotes que nos hacen responsables de muchos desbalances a los frágiles ecosistemas del orbe); entonces en virtud de ello, ¿será que debemos apostar a la quema de combustible, será que debemos apostar y mostrar nuestras ventajas competitivas pues estamos casi destinados por la providencia a ser eternos proveedores de energía -ahora carbonífera- con la qué recalentar la atmósfera espiritual del planeta?.
¿Quién mueve a las naciones hacia su destino liberador de sana convivencia donde sea realidad el digno imperio de la ley?: ¿El mercado globalizado y especulador ó las originarias y ancestrales maneras de cooperación e integración que en nada se someten a la estrechez mental y a lo efímero del oropel consumista?

Escalante, politólogo y abogado dice: “No debilidad ni amenaza ni calamidad, porque ya pertenece al pasado la imagen catastrófica del pulmón minero, de los pueblos llenos de hollín y la queja social de Charles Dickens. Ahora hay más regulaciones internacionales, modernas normas para el control industrial, hay un Protocolo de Kioto en marcha y ningún geólogo o ingeniero de la contemporaneidad podría autorizar explotaciones como en la Inglaterra Victoriana.”
Que débil, amenazante y calamitoso comentario, amigo Escalante, esto que señala con tanta pompa haciendo gala de ser un buen lector de literatura universal más no de la realidad – muchas veces devastadora- que subyace en la cotidiana muerte a la que somos convocados. ¿Olvida acaso el autor el Macondo del Gabo?, ¿Las “Casas Muertas” de Otero Silva? Creo que debe releer, si es que acaso lo ha hecho, a Eduardo Galeano –escritor y periodista uruguayo- en: “Las Venas Abiertas de América Latina” para ver si ya pertenecen al pasado inglés victoriano estas imágenes que señala. La realidad, amigo politólogo y abogado Escalante es más dantesca –por nombrar a Dante-; asistimos en nuestra región a un espeluznante y mediocre enfoque gerencial y desarrollista que casualmente hace gala de las mejores doctrinas modernas y posmodernas en sus discursos cotidianos y en sus actos más básicos: “recursos humanos”, “recursos naturales”, “pasivos ambientales”, “progreso”, “desarrollo”, “ventajas comparativas”, “ventajas competitivas”.

Asesórese cuando desee hablar con propiedad de un tema pues queda, al no hacerlo, como un esnobista panfletario que anhela protagonizar un comercial de alguna corporación con visión “sostenible”. Pregúnteles a los obreros enfermos de la empresa Carbones del Guasare S.A., de su situación actual, de sus padecimientos espirituales por no hablar de los monetarios. Haga una visita –no relámpago, una visita- a la comunidad de Nazareth, Cuatro Bocas y Paraíso en el Municipio Mara, a la comunidad de San Carlos en el Municipio Insular Padilla, a la comunidad de El Bajo en el Municipio San Francisco. Escuche su versión – la más real por demás- sobre el perjuicio que genera el traslado desde las minas hasta sus puertos de embarque, de tantas toneladas de carbón por medio de gandólas que no cumplen las más mínimas y vergonzosas normas de tránsito. Acérquese a los hogares enlutados no de hollín sino de muerte negra ante los accidentes automovilísticos que se suscitan de continuo en la zona. Oiga los testimonios, no se lea nada más las estadísticas, sea politólogo!!!

Así que no venga a hablar de la Revolución Industrial como si ya eso no estuviera sucediendo. Muchos conciudadanos están escribiendo con su muerte, sus padecimientos y dolores, desde las injusticias de un modelo terrofágico muy primitivo que avasalla diversidad biológica y cultural, las inéditas páginas de la neocolonización del siglo XXI.

Dice usted, insistiendo en la asistencia de normas y protocolos internacionales no respetados y vistos más a escala planetaria como importantes acuerdos y inmensos saludos a la bandera que: “Es más, las vigentes regulaciones internacionales para la industria carbonífera terminan siendo un auxilio en materia ecológica y conservacionista porque al recobrar y reponer la capa vegetal se combate anticipadamente la erosión, la tala y quema artesanales y la misma inutilidad de la tierra. Así es ahora el mundo entero, y me pregunto si valdría la pena ponernos como los románticos puritanos, los mismos que enfrentan la bombilla, el ferrocarril y la inyección endovenosa.”

Es notable acá no solo la desinformación en la que se encuentra el autor de este reportaje publicado en PANORAMA, sino que sin proponérselo y sin ayuda de nadie, el real y verdadero romántico puritano es él, el abogado y politólogo Escalante, al creer que se recobra y repone la capa vegetal con la idea de combatir anticipadamente la erosión, la tala y la quema artesanales y la misma inutilidad de la tierra.
Sepa el amigo Escalante que las llamadas “escombreras”, término técnico que se le da a la acumulación de la tierra que ha sido removida de su sitio original para la explotación del carbón, no está siendo reforestada como usted cree o anhela. Los intentos de reforestación fueron tan ingenuos y tan mediocres que se intento repoblar la vegetación única de la zona con plantas exóticas ajenas al ecosistema con la consecuente “contaminación” ecológica del sector.

Pregúntese el autor si esta impactación del terreno en la mina Paso Diablo, Guasare, no ha generado una acidificación de los ríos de la región producto de la pirita y el azufre presentes en el carbón y que al ser lavados por la lluvia, suelen por escorrentía, viajar e infiltrarse en las aguas subterráneas de la cuenca hidrográfica.

Sea más cuidadoso y más ciudadano del planeta cuando asume estas opiniones en un diario tan leído a nivel nacional. Le invito a revisar la biblioteca del Departamento de Biología de la Facultad Experimental de Ciencias de la Universidad del Zulia para que vea que no soy en lo más mínimo tendencioso u oportunista cuando de la Serranía de Perijá, sus habitantes y su agua se refiere.

Si ahora el mundo entero es así, de babilónico e interconectado, de regulado y atiborrado de normas, hay que construir las plataformas de discusión y acción más acordes para que la garantía de seguir viviendo en el planeta sea más que una vana utopía jovial. En eso me incluyo como joven científico y como joven generador de propuestas. Le invito a que se sume a ello.

Por cierto, amigo Escalante, la sedimentación de la Laguna de Sinamaica, espacio de vida de la etnia añú o paraujana, es producto del inmenso y notable aporte de sedimentos que trae el Río Limón desde sus tributarios más importantes (los ríos Guasare y Socuy) espacios altamente impactados por la tala irracional, el uso de agroquímicos y la explotación de carbón con minas a cielo abierto en la mina Paso Diablo. Imagínese quintuplicar la producción actual de 8 millones de toneladas métricas anuales a 40 millones. Le invito a realizar ese ejercicio mental y a anticiparse desde la intuición hasta un futuro cercano. No descarte el tema sociocultural.

Sigue señalando usted, desde un enfoque muy acomodaticio de un problema que se percibe como muy desconocido para su persona: “En el caso de la Guajira Venezolana, la explotación carbonífera puede convertirse en el camino idóneo para el rescate y ocupación productiva de sus extensiones, para el verdadero resguardo fronterizo ¿o será mejor dejárselas al abandono, al contrabando, al tráfico guerrillero y todas las resultantes de la tierra sin ley? Voy más allá: con el carbón deben financiarse ciudades - satélites que permitan real ejercicio de la soberanía. Los colombianos, al otro lado, en el Cerrejón, sacan millones y millones de toneladas, pueblan y ocupan. Y todavía quedan ilusos entre nosotros que con gorrita y cantimplora gritan: ¡no a la explotación!”

Le cuento, amigo politólogo y abogado Escalante, soy de esos ilusos que quedan –enhorabuena!!!- que con gorrita y cantimplora gritan: ¡no a la explotación! y además estudiamos y difundimos las propuestas. Sudamos y decimos aún: ¡Por la defensa del agua y la Vida!, ¡Por la demarcación de las tierras indígenas!, ¡Por un verdadero desarrollo endógeno, desde el alma y no desde directrices ajenas a la voz y al latido indígena de nuestra Serranía de Perijá!

Sigo insistiendo, infórmese. La verdadera defensa de la soberanía se pierde cuando trasnacionales invaden y nuevamente saquean nuestro territorio sagrado so pretexto de ejecutar de manera impoluta lo que sabemos que no será ejecutado tal y como dicen. ¿Es que acaso desconoce el amigo politólogo y abogado Escalante, que la empresa arubeño – holandesa Royal Haskoning –ligada a la familia del ex presidente Rafael Caldera- está fervorosamente deseosa de la concesión y permiso ambiental para transportar carbón desde las minas de Socuy y Cachirí hacia las islas de San Carlos y San Bernardo donde se construiría el armatoste tecnológico portuario de Puerto América, para la exportación de carbón hacia mercados caribeños, costa este estadounidense y Europa? ¿Cree el amigo Escalante que no habrá pérdida de soberanía en la concesión que se les estaría otorgando a esta empresa, en caso de algún conflicto que amenace la inversión monetaria que hace esta nación, donde ya se sabe, practica y amenaza de seguido la flota naval norteamericana, verbigracia 11 de abril de 2002?

¿Es que acaso no hay ya una notable pérdida de soberanía cuando se sigue manipulando a la inmensa población indígena que ancestralmente ha permanecido en estas tierras y se les considera no niveladas para dialogar sobre las regalías y “bondades materiales” de la explotación carbonífera regional?

Defíname soberanía amigo politólogo y abogado Escalante. No logro entender la flexibilidad con la que usted menciona esta importante palabra.

Ya para finalizar el análisis crítico que vengo haciendo de su polémico artículo, no debo pasar por alto lo siguiente que usted señala: “Sostengo que los zulianos debemos asumir el carbón como una gran oportunidad, pensar propositivamente, retar con ideas y proyectos a la Corporación del Carbón, encausar las tesis de grado e investigaciones científicas hacia la materia y asumir, ya sin complejos, la condición de primer estado carbonífero”.

Yo creo que es muy fácil para su persona, amigo politólogo y abogado Escalante, asumir la propuesta que sostiene, a la final es suya y a la hora de la verdad siempre es de románticos creer en la palabra escrita en la prensa sin dejarse ver en ningún momento desde el contexto de una postura más activa que garantice, por lo menos desde su programa televisivo, una discusión propositiva y “sin complejos”, pues no se trata de resquemores personales y diatribas politiqueras, no, nada más lejos de la intención de los seres y almas que creemos en una verdadera opción de crecimiento para los municipios más dolidos de nuestra región. Se trata de hacer y proponer, de sudar y participar en las marchas y en las reuniones con las comunidades afectadas. Muy cómoda la escritura y la crítica muy bien enhebrada, sobre la realidad que es vista desde el automóvil o la torre de marfil acondicionada a una temperatura confortable. Sugiero tome una buseta a la Sierra de Perijá a convivir, tanto con los colectivos indígenas wayuú, japreria, barí o yukpa, las inmensas calamidades vitales a las que están sometidos desde que fueron asumidos por los colonos, hacendados y ahora citadinos de bárbaros, amenazas vivientes de la propiedad y de curiosidades antropológicas respectivamente. ¿Sabe que?, se hace fácilmente.

Finalmente usted señala de manera inteligente, hasta que habla de la inutilidad demostrada de las cacerolas (¿?) lo siguiente: “En este tema, mientras más luz, más claridad. Debemos seguir al detalle todos los planes de exploración y explotación y hacerle seguimiento crítico a las inversiones sociales y de infraestructura que se financien con el carbón. [… ] Al respecto tengo una pregunta. Hay una contradicción en el aire. Corpozulia ha afirmado pública y reiteradamente que no va a explotar carbón en la Sierra de Perijá. Pero hay empresas y particulares que tienen concesiones y no se dan por aludidos, ni responden, ni argumentan ni fijan posición. ¿Quién detenta esas concesiones? ¿Quién se las dio y quienes las obtuvieron? ¿Qué intereses se mueven tras la Sierra? Porque, si la misma Corpozulia dice que no explotará carbón, ¿Quién o quiénes pretenden suplantar al Estado Venezolano en su competencia Minera?
Propongo entonces profundizar el debate sobre el carbón, pero de manera amplia e inteligente, especialmente porque las marchas y cacerolas ya demostraron su completa inutilidad en Venezuela. Especialmente que no se politice ni se partidice el tema y tampoco sea utilizado para la manipulación de las etnias indígenas, las mismas que históricamente subyacieron en sus ambientes naturales menguando entre la caza y recolección, completamente ajenas al festín minero que vivió el país el país desde los años veinte”.
Creo, ya lo dije anteriormente, que el debate siempre ha sido profundo y nunca ha estado a cielo abierto por decirlo de alguna manera metafórica. Existe un colectivo inmenso de jóvenes y adultos, empecinados desde sinceras convicciones, en el tema indígena y en el tema económico y ecológico que orbita desde hace décadas en torno a la Sierra de Perijá. En ningún momento amigo Escalante hemos promovido discursos y acciones partidistas y politiqueras. Se que directamente usted no hace señalamientos, eso se agradece, pero en virtud de pertenecer al colectivo que de continuo hace pulsos contra los inmensos poderes trasnacionales y estadales empecinados en burocratizar la discusión y no hacerla libre y plural, creo que es ética mi postura de aclaratoria, de invitación a releer y nuevamente observar las variables que desde su análisis original, publicadas en su artículo del diario PANORAMA, han quedado abiertamente por fuera.

Las interrogantes deben ser respondidas por aquellos que usted nombra y señala como entes encargados y con competencia minera e indígena del Estado venezolano, sugiero algunos nombres:
Diputados indígenas Lic. Arcadio Montiel y Nohelí Pocaterra ex vicepresidente de la Asamblea Nacional;
CONIVE.
General Martínez Mendoza presidente de la Corporación para el Desarrollo del Estado Zulia (Corpozulia) con proyectos carboníferos en Casigua (Municipio Jesús María Semprún), Río de Oro y Ukuko- Aricuaisa (Municipio Machiques de Perijá);
Carbozulia (filial de Corpozulia) y sus empresas mixtas Carbones del Guasare, S.A. y Carbones de La Guajira, S.A , junto con Corporación Valle do Rio Doce (Brasil) con proyectos en Cachirí y Socuy (Municipio Mara);
Royal Haskoning (Aruba- Holanda) con proyectos de transporte y puerto en aguas del Golfo de Venezuela;
Minera Maicca (trasnacional norteamericana) con proyectos en el Municipio Machiques de Perijá;
Complejo Siderúrgico del Lago, COSILA, S.A., con proyectos en el Municipio Jesús Enrique Losada.
Las demás multinacionales Excel (surafricana), TransMar Coal (estadounidense) y Tomen (japonesa) en minas Las Carmelitas (Municipio Jesús Enrique Losada)

Espero que esta respuesta que hago, analítica, directa y reflexiva no sea tomada como una hiriente y corrosiva “riposta” a un articulista de un diario con una importante circulación en el occidente y centro del país. Estoy a la orden, junto con el colectivo Frente Nacional en Defensa del agua y la Vida, para escuchar cualquier propuesta que redunde en beneficio tangible e inmediato de las etnias indígenas del estado Zulia.

Creo que estos años ligados al conocimiento ecológico y poético de la Serranía de Perijá me otorgan, sin caer en falsas modestias, una voz que no se erige como interlocutora de nadie, mas sí de las ganas de democratizar y a hacer serio el debate y la lucha pro - dignidad y pro - derechos humanos que sigue velada en los actuales momentos debido a la operación que ejercen burócratas y tecnócratas sordos a los gritos de las etnias indígenas de nuestra región, tantas veces antihistórica y anacrónica, enamorada de falsos regionalismos y anecdotarios de postal oxidados de tanto salitre, petróleo y subsidencia.

Nicanor Alejandro Cifuentes Gil.
Biólogo y maestrante del Posgrado en Ecología Acuática.
Docente de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
C.I.V.- 14. 208.465
ncifuentes@cantv.net
www.porelaguaylavida.blogspot.com
www.escritosporelagua.blogspot.com

P.D.: Anexo envío algunos documentos que espero le sean de utilidad para futuros análisis del tema de la explotación del carbón y sus implicaciones socioculturales y ecológicas.


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