¡Triunfará... camarada fosforito!

Cuando era una “herejía revolucionaria” enfrentar al viejo Miquilena con
todo su poder; cuando nadie se atrevía en las filas de la revolución a
cuestionar su honestidad; cuando la ingenuidad del comandante lo llevó a
calificar al vejete como su segundo padre, surgió la voz de una joven
andina cargada de sueños y con el compromiso con el pueblo como bandera
de lucha; para denunciar las prácticas corruptas, la falsa moral y el
escaso compromiso de quien a la postre se convertiría en el primer judas
de la Revolución Bolivariana… Eso se llama dignidad

Cuando la canalla pareció hacer trizas la revolución y muchos creyeron
que se tragaba los sueños del pueblo. Vimos aquella madrugada del 12 de
abril, a esa diminuta pero aguerrida mujer, encajar el golpe con la
entereza de los grandes y permanecer al lado del líder hasta el último
minuto... Eso se llama lealtad y valentía

En aquellos días abrileños, transformados por el pueblo en días de gloria
y victoria, no dudó aquella joven en cuál era el papel que tenía que
desempeñar. Por su mente jamás pasó la idea de correr a una embajada a
pedir asilo, a pesar de que la canalla mediática la hacía pedazos en esas
horas y literalmente incitaba a que dispararan sobre ella si llegaban a
avistarla.
Con el sueño de Bolívar, como lanza en el ristre de su alma, se lanzó a
la calle a la lucha contra unos felones inmorales, borrachos de odio y
poder. Se hizo parte de la movilización del pueblo y con su arenga lo
animó a luchar por el rescate del líder prisionero… Eso es ser un cuadro
revolucionario

Más tarde, cuando fue agredida físicamente por el cobarde que hoy ocupa
la gobernación del Táchira, le dejó en claro que no es a golpes como van
a impedir que exponga su verdad y sus convicciones. Con su reacción
demostró que se requiere más que fuerza y golpes a traición para
intimidarla… Eso es tener coraje.

Luego vino la soledad y la enfermedad del amigo de siempre, del camarada
y compañero de luchas, del andino rebelde con el que compartió caminos.
Nunca le dio la espalda y poco le importó que se hubiese alejado o lo
hubiesen alejado de la organización que les era común. El amigo es el
amigo y la lealtad con él debe ser eterna… Eso forma parte de su esencia
y se llama solidaridad.

Hoy el líder la ha llamado para que deje el parlamento y le ayude, como
ministra, a resolver el problema carcelario del país, un problema que ya
parece eterno y sin solución. No lo dudó y aun sabiendo la magnitud del
problema, los riesgos de la tarea y los ataques de los que será víctima
por parte de los inmorales de siempre, dio un paso al frente y asumió el
reto… Eso se llama disciplina..

Ese cuadro revolucionario llamado Iris Varela a quien ya hemos definido
como leal, valiente, digna, con coraje, solidaria y disciplinada tiene
que tener éxito.
Tiene que tener éxito porque la Revolución y la patria lo necesitan.
Tiene que tener éxito porque le pondrá a su trabajo toda la pasión que le
brota por los poros. Tiene que tener éxito porque los revolucionarios
cuando son como ella, nunca se dan por vencidos.
¡Suerte y éxito camarada fosforito!

Alexis Arellano
arellanoa@pdvsa.com


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