¿Mamá: hijo de puta yo -¡ah!- mamá?

Te juro y así lo he jurado y perjurado: mamá, que mortal que me llame hijo de puta, aunque sea del gobierno o de la oposición, lo mando para él mismo infierno y no habrá rincón en este mundo donde se pueda esconchar de mí –¡pobre de él!- el infame que me difame y juegue con mi paciencia y honorabilidad dentro del código capitular de mis caprichos lisonjeros que a decir de mis antepasados: soy y seré el más espeso dignatario de más alto abolengo peculiar que recoge la historia familiar -¿verdad que sí mamá? Y como todo el que la hace sin pruebas y demás enseres leguleyos que lo amparen deben pagarlo con cárcel, me acojo a ella con la implícita condición sine que non que no sean menos de cuatro años tras las rejas del cautiverio que debe permanecer el forjador de inmundas ideas, a ver si en su agonía de soledad, pierde la pretensión de irritar personalidades que como yo, nos la jugamos en nuestro diario matutino sin recorrer las bases comunicacionales de la ofensa, ni del qué, ni del cómo, ni del cuándo que ose desfigurar la paz del venezolano. ¿Verdad mamá?

Conforma mi pretensión lavar con detergente legal mi credibilidad estrujada sin piedad por un oso feo de la barbarie televisiva que lastima nocturnalmente, sobre manera, nuestra conducta individual de años, que hemos perseguido por los verdes caminos de la inteligencia, razones y motivos eficaces que contribuyan a la implantación de un Estado de derecho y de armonía que desfigure el actual y, que nos dé, a los individuos que como yo, pertenecemos por mandato de azul romántico del toma y dame de la clase media, todo el peculio a que tenemos derecho y que este régimen se ha empeñado en desaparecernos dentro de la intemperie de sus ganas ocultas, por lo que me esforzado –mamá-, a poner de rodillas al que llaman el señor de la noche quien me reventó las vísceras de mi impunidad traidora, tildándome de ladrón a este servidor que es un ángel desvelado del bien común que se ha sacrificado sin delirio pasional y que no ha mal puesto ni ha ofendido ja-más-a-na-die que a las pruebas de su inocencia se remite. ¿Verdad mamá?

El que me busca me encuentra -¿verdad mamá?- y por eso cuento y confío con un ejército de periodistas que con cientos de computadoras como cañones que vomitan letras precisas están bajo mi dirección, para que con su Mouse a quema ropa disparen a toda hora en “El Nacional”, a un destino con destinatario que lidera a los rojos-rojitos de su pueblo empobrecido y para demostrarle que no soy “Bobolongo” como hacen ver, llevaré a Mario Silva el de La Hojilla al paredón de su martirio del libertinaje a que tiene derecho por incitar al desprecio de sus ganas a este ejemplar de las corrientes intestinas de la oposición al tratar de ponerme a bailar durante varias noches en el concierto de sus ambiciones: el bolero personal que me tiene en el rincón de su odio guerrillero.

Si el odia y yo también odio, ambos odiamos, ya que el odio es libre y está libre de pecados en connivencia con la CEV, la que debe apoyarme en esta batalla que he decidido llevar adelante con la intención de poner de rodillas penitenciarias a los que no son periodistas, ni tienen medios que mancillen la condición humano como lo hacemos nosotros desde El Nacional, Globovisión y medios de comunicación afines de la burguesía nacional e internacional y allí tenemos a la SIP a la diestra de nuestra voluntad incondicional que nos sirva de fiador y aval de decirle al mundo que en Venezuela no hay democracia y, que a los sinvergüenzas que traficamos diariamente con la mentira y que vapuleamos la ética periodística a como nos dé la gana, tenemos un plácet sin fronteras que el Norte nos acoge y nos da los dólares necesarios para desgarrar los tuétanos de la Revolución Venezolana 2021 que lidera el presidente Chávez -¿verdad mamá?

No crean los gerentes y personal directivo y secundario de los medios visuales y audiovisuales del Estado que se van a salir con la suya -¿verdad mamá? Y eso es una sentencia irreducible que según mi abogado Juan Garantón no existe sofisma valedero de que se escapen con la cabuya en la pata como han venido haciendo, ya que esta vez los tenemos entre la espada y la pared, y yo Miguel Henriquez Otero: “no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma” hasta que tenga a Mario Silva con su Hojilla en la prisión de Guasina hasta tanto no devuelva mi honor vilipendiado y he jurado con los brazos cruzados de creencia frente a mi subalterno Tulio Hernández que me siga ayudando a cortarle la cabeza al pueblo chavista y que tape todas las goteras que puedan perjudicarnos en el futuro y al Movimiento 2D que me siga apoyando que quién quita que pronto trepemos el poder y nosotros con poder somos imbatibles como hijos de putas -¿verdad mamá? Y otra cosa: no fueron siete millones de dólares sino seis.


estebanrr2008@hotmail.com








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Esteban Rojas


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