Llegué con mi combo ¡Quítate tú pa ponerme yo!

“…el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó…” “…nos forjaremos en la acción cotidiana creando un hombre nuevo con una nueva técnica…”

ERNESTO CHÉ GUEVARA.

Continuamos  hablando sobre la praxis de algunos revolucionarios cuando están en las alturas del poder. Así es apreciado camarada, resulta que cuando un “dirigente o líder revolucionario” es llamado a ocupar un cargo ya sea como ministro, presidente de instituto o fundación, embajada, etc., comienza por remover de sus puestos a todos los funcionarios (directores, o cargos de confianza) de la saliente gestión como si se tratara de un nuevo gobierno, en el mejor estilo de la IV REPÚBLICA. No importa si dentro del grupo saliente hay conocimiento, experiencia y compromiso con la revolución, lo que interesa es que este gerente lleve gente de su entera confianza, sin importar nada de lo mencionado anteriormente.

Lo que atañe es que el nuevo burócrata lleve su grupo de amistades (en algunos casos amigos que no son afectos a este proceso y resultan ser sus peores enemigos), como si se tratara de un juego de pelota, donde uno arma el equipo con sus colaboradores. Estos “gerentes revolucionarios” en muchos casos son muy audaces, ya que en la mayoría de los casos no saben nada de la responsabilidad que les toca asumir, además de rodearse de gente muy parecida a ellos en cuanto a ignorancia (con el agravante de no estar interesados en solventar su situación dedicando tiempo al estudio). Andan con su combo de “jala de mecates” que siempre está dispuesto hacer el periplo (Miraflores,  Ministerios, Fundaciones, Embajadas, etc.) que su jefe le indique cuando hay movida de mata. Siempre  dispuestos al “sacrificio” por el proceso, estos “eruditos” en saber de todo, eliminan de un plumazo algunos planes y proyectos excelentes que estaban en marcha para solucionar problemas estructurales de la población, porque sí se han hecho esfuerzos para responder a las esperanzas y sueños, pero con la falta de continuidad estas tentativas mueren antes de dar todos sus frutos.

Es así  como nos encontramos con un panorama poco alentador, con funcionarios que no tienen la más mínima idea de donde están parados, llegan a los puestos claves por recomendación o porque son parientes de aquel alto gerente. Logran ubicarse sin proyecto, ni planes, ni equipos de trabajo. Empieza el empirismo, la improvisación y el nepotismo con cada burócrata de alto rango que toma posesión. Lo característico es comenzar una nueva gestión “distinta” llamando a los nuevos proveedores, comenzando las reparaciones de oficinas, compra de materiales y muebles, sacando las cuentas de un banco y las colocándolas en otro, “licitando” una nueva empresa de seguros y paremos de contar. Así se va armando toda una tramoya, que permite solucionar los problemas personales (económicos para más detalles) de estos nuevos líderes y sus acólitos.

Es decir, estamos en presencia de una metamorfosis gerencial, liderada por una incipiente oligarquía política, que pretende dar vida a un nuevo tipo de capitalista, que tiene cara de funcionario público capaz, decente y comprometido con el proceso, pero que sólo lo utiliza como mascarada para alimentarse de él cual sanguijuela.

Para terminar estas reflexiones basten las palabras del guerrillero heroico“…el ejemplo, el buen ejemplo, como el mal ejemplo, es muy contagioso, y nosotros tenemos que contagiar con buenos ejemplos, trabajar sobre la conciencia de la gente, golpearle la conciencia a la gente, demostrar de lo que somos capaces; demostrar de lo que es capaz una revolución cuando está en el poder, cuando está segura de su objetivo final, cuando tiene fe en la justicia de sus fines y la línea que ha seguido, y cuando está dispuesta, como estuvo dispuesto nuestro pueblo entero antes de ceder un paso en lo que era nuestro legitimo derecho…”

Docente/Investigador Titular- UCV

Ex-Rector de la Universidad del Deporte

pedrogarciaa@yahoo.es



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Pedro García Avendaño*


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