La Palometa Peluda de Yaguaraparo

No, no es un sexi-chiste, es probablemente uno de los problemas de salud peor manejado en toda la historia reciente del país.

Para entrar en el tema los llevo en un vuelo rasante sobre lo que es la Palometa Peluda (Hylesia metabus) y su relación con el poblado sucrense de Yaguaraparo y sus alrededores.

La Hylesia metabus, por su nombre científico, no es más que una polilla, aunque popularmente se la confunde y denomina como mariposa por las similitudes morfológicas y el tamaño, considerablemente mayor a la referencia que comúnmente se tiene de una polilla.

La particularidad de este insecto es que presenta el abdomen cubierto por una suerte de pelusa (espícula) urticante, que al contacto con la piel, mucosas y sistema respiratorio, produce una reacción de tipo alérgica (dermatitis) que, de acuerdo a la edad y sensibilidad del afectado, y al grado de exposición, puede llegar a poner en riesgo la vida del enfermo. Imaginen lo que puede ocasionar la sobrepoblación de estos insectos; de hecho, en el municipio Cagigal del Estado Sucre, y en especial en Yaguaraparo, puede decirse que la Palometa Peluda representa hoy un problema de salud pública, la proliferación de casos de dermatitis ya permite calificarla epidémica.

Por mucho tiempo se mantuvo limitada la población de estos Lepidópteros con fumigaciones regulares, único medio utilizado hasta hoy para controlarlas, y aun cuando existe otra opción lograda a través de investigaciones realizadas por científicos de la Universidad de Oriente, que han detectado una bacteria que puede cortar el ciclo de vida del insecto y evitar que llegue al estado adulto, este procedimiento aun no se lleva a la práctica.

Hasta ahora todo lo expuesto se enmarca dentro del proceso normal de combate por erradicar los problemas de salud pública; sin embargo, cuando se logra la confianza de los pobladores y estos deciden contar en tono de secreto los vericuetos del asunto, sale a relucir el apellido de un grupo familiar que se ha dedicado, por encargo de las autoridades competentes locales, a realizar las fumigaciones. Estos señores, los Villegas (a secas), según la versión de los habitantes, intencionalmente han descuidado el proceso de control y han permitido la proliferación para sustentar el estado de alerta continuo y el mantenimiento sostenido del negocio; sólo que “se les fue de las manos” y ahora les resulta muy difícil controlar la plaga, cosa que, dicho por los moradores del pueblo que se atreven a hablar, no ha movido a las autoridades actuales porque los otrora adecos Villegas, siempre arrimados a los buenos negocios con sus socios políticos de ocasión, ahora son chavistas dizque
“comprometidos con el proceso”.

Para tener una idea del deterioro de la calidad de vida de los pobladores de la zona, dada la afinidad de la Palometa Peluda a las fuentes de luz (lámparas, bombillos y similares), el pueblo debe mantenerse a oscuras para evitar la danza de lepidópteros que se forma alrededor de las luces, con su letal carga de pelillos venenosos,.

Mucho más allá de los ya graves problemas locales resultantes, otro asunto que debe preocupar a los organismos competentes, ahora que aun hay tiempo, es la potencial consecuencia de los hábitos alimentarios de la Hylesia metabus. La larva de la misma se alimenta de las hojas del mangle negro (Avicenia nitida) planta que asegura el desarrollo de los complejos de manglares, estructuras naturales de vital importancia para el mantenimiento de los criaderos de fauna marina.

Ante esto, es pertinente la pregunta: ¿qué efecto puede tener una sobrepoblación de la Palometa Peluda extendida sobre los manglares, incubadoras de la fauna marina, inicialmente en el Oriente, y posteriormente en el resto del país, movidos por los procesos naturales de migración?. Es fácil de imaginar y resulta terrorífico.

¿No le parece a los organismos del estado, a los que les compete la salud pública y el control ambiental, que es hora de actuar?

Y a los pobladores de las zonas afectadas, ¿no creen que es tiempo de valientemente hacer sentir el poder del pueblo y utilizar las herramientas de la contraloría social para erradicar las corruptelas que potenciaron el problema y evitan su solución?.

Un saludo progresista a Yaguaraparo y su bella gente, y un llamado de alerta roja a todas las conciencias comprometidas con el país y su futuro.






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