La prisa es plebeya

Es verdad, plebeya, como yo. Pero los plebeyos sufrimos de prisa porque lo que está en juego es la historia de la humanidad. Quien inventó la frase, seguramente, no fue un plebeyo. Los burgueses no tienen ninguna prisa, esperan a que se cumplan todos sus deseos. En lo que a historia corresponde, menos. Retardar es la ganancia. Mubarak es lo que tengo en mente y lo que me hizo poner esta frase como título. Digamos entonces que la tardanza es burguesa.

Pasan y pasan los días, así como los vi pasar  en aquel año cuando Honduras toda se lanzaba a las calles llamando y clamando el regreso de Mel Zelaya. Se tardaron lo que quisieron y nosotros esperamos. Ahora, gracias al cansancio de la esperadera,  Honduras sigue siendo de ellos. ¿No es lo que pasa en Egipto? Es lo mismo. Mientras más pasan los días, los burgueses de camisas almidonadas, mantienen la crisis para construir puentes hacia la misma autopista de la explotación, todo tiene que cambiar y cambiará, pero ¿cambiarán los mandos de los poderes hegemónicos?

La prisa, es la fuerza revolucionaria y debe mantenerse. Esperar es traición, como dice mi comandante presidente citando un héroe de nuestra historia de  nuestra americana cuyo nombre no recuerdo: “ En la tardanza esta el peligro” –que gran pensamiento-

Si nos tardamos en quemar las naves, en incendiar el pasado que nos oprime, en lograr que Egipto se torne en revolución, si nos tardamos, el imperio inventará un cambio gatopardiano. Todas y todos creeremos que pasó algo y no habrá pasado más nada que un cambio de apellido en quien asume el papel de marioneta. Todo tiene que cambiar para que todo siga igual.

Si debe haber prisa camaradas insurgentes de Egipto, de Haití, de Chile, de cualquier parte donde reine la injusticia. Prisa es empujar la historia, es reclamar la revuelta, la caída del imperio que nos castiga y explota. Prisa es la urgencia del mundo nuevo, Hay prisa prisa en que sucedan las cosas que matemáticamente deben pasar. Prisa en impedir dilaciones, tardanzas, engaños y trampas con nuevos personajes vestidos de revolución. La revuelta en su girar inesperado, crea líderes, crea respuestas, genera caminos. Así que esperar no es la actitud del pueblo revolucionario, es hacer, es presionar, empujar  la crisis para que reviente la contradicción que produce el descontento. La prisa es plebeya y plebeyos somos todas y todos los que a diario luchamos por el mundo nuevo. Hay prisa y brisa de historia. Hay gritos inmortales de cambio que no se deben dejar arropar con fantasías del imperio. Hay un mundo que se muere, se asfixia con el desorden ecológico, hay prisa necesaria para que no perezca. Hay prisa en que caiga el gobierno lacayo de Egipto, el falso gobierno de Honduras, el lacayo gobierno anti mapuche, hay demasiada prisa en que cambien las cosas. Un revolucionario no espera, esperar es de cobardes.

La prisa plebeya debe incendiar las plazas y tumbar los monumentos del pasado, la prisa debe generar la conciencia que mantiene a nuestra Cuba hermosa y libertaria, la prisa debe quitarle el oxígeno a lo que debe de morir para que no muramos todos. La prisa debe ser partera del mundo que nos dibujó Ernesto Che Guevara, La prisa es la llama que incendia la pradera, la necesidad imperiosa de que caiga un reino de muerte y que se imponga el camino del verdadero amor entre la especie.

Prisa en que mi Venezuela sepa valorar lo que ha conquistado, en lograr que la próxima victoria pulverice al enemigo, prisa en vencer con los poderes del pueblo.  Brisa hermosa del sueño de todas y todos, que enciende las brazas del fuego transformador. No esperemos que la tierra no aguanta. Sin plazo ni tardanza avancemos al futuro que nos llama.

Venceremos!!! 

brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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