Solucionar la emergencia con las armas melladas del capitalismo...

“Todo iba bien hasta que parió la abuela”, dice un  adagio  popular; pues bien, el Gobierno Revolucionario viene atendiendo a las afectadas/afectados que dejó la contingencia climática de las semanas precedentes de manera impecable, como siempre pasa en estos sucesos, es nuestro pueblo pobre quien más se destaca en las labores de solidaridad, hasta deja de probar un bocado para dárselo a su hermano/hermana de infortunio, nuestros trabajadores/trabajadoras apartan sus centavitos para donárselo a sus camaradas de clase, de entre sus alimentos aparta una pequeña parte de los mismos y lo lleva a los Centros de Acopios para que desde los mismos se les  haga llegar a sus compañeros/compañeras de infortunio, los/las pobres de la Patria. Esto ha sido una constante en todas las desgracias que nos han afectado como pueblo, ayer, hoy y por siempre así será.

  Es tan verificable esa constante, que en la reciente contingencia, fuimos testigos de la manera inhumana en que reaccionaron los factores sociales de la burguesía y sus políticos/políticas ante medidas anunciadas por el Camarada Presidente Hugo Chávez de requerirles su auxilio para darles abrigo a los hermanos/hermanas que perdieron sus viviendas en sus propiedades (hoteles). De inmediato, la reacción fue atacar al Gobierno Revolucionario, acusándolo de querer quitarles sus propiedades, la iglesia católica fue más grosera aún en su respuesta, en voz del Cardenal Urosa, negando toda posibilidad de que los templos o cualquier otro inmueble de su propiedad pudiera ser empleado en dar refugio a sus fieles en desgracia. ¿Qué les diría Jesús si viviera?

  Marx, como nadie, demostró que las inmensas riquezas atesoradas por la burguesía, que exceden con mucho a las que se pudieron acaparar en otros sistemas de producción, son la acumulación del trabajo no pagado a los proletarios/proletarias, siendo esto así, ha sido tan poca la solidaridad de ese sector de nuestra sociedad hacia quienes hoy están en desgracia, pero gracias a quienes, hoy les permiten disfrutar de una vida de abundancia y bienestar social. La solidaridad no es un atributo inherente a una clase social, como la burguesía.

  La atención de los hermanos/hermanas afectados por las lluvias se ha concentrado, esencialmente, en el Gobierno Revolucionario que nos dimos a partir de 1999, y en los sectores más desposeídos de nuestra sociedad, quienes dentro de sus pocas propiedades han entresacado parte de las mismas para compartirlas con sus hermanas/hermanos de infortunio. Esa es la realidad, de estos días decembrinos, previos a un nuevo nacimiento de Jesús, allá en la Palestina sufrida por los ataques inmisericordes del nazi sionismo.

  Las medidas adoptadas para que dicha atención sea los más digna y placentera, han sido verdaderamente revolucionarias, cuando el Camarada Hugo Chávez ordena que hoteles de la burguesía sean utilizados como refugios (pese a las protestas de sus dueños), que la residencia presidencial: Miraflores, Fuerte Tiuna, la Casa Amarilla (Cancillería), y demás espacios de labores públicas, esto solo es posible debido a un Gobierno que ha proclamado el Socialismo como paradigma societario a construir, y una característica intrínseca a ese modelo societario lo es, sin duda, la Solidaridad.

  Una vez, garantizado el refugio a los hermanos/hermanas que perdieron sus viviendas, empleando, para ello, acciones revolucionarias, ahora se trata de reconstruir lo destruido  por la reacción de la naturaleza ante el daño climático producido por el sistema capitalista. El Socialismo se crece ante las contingencias y nos permite superarlas y vencerlas. Decía el Camarada Ernesto “Che” Guevara: “Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida…” (El Hombre Nuevo, Texto dirigido a Carlos Quijano, del semanario "Marcha", Montevideo, marzo de 1965). Salirnos del marco revolucionario en que nos hemos venido desplegando en la atención a la contingencia para acudir al auxilio de las “armas melladas” del capitalismo, pretendiendo con ello, resolver la segunda parte de la atención de la contingencia: la reconstrucción, sería en palabras del Che, una quimera, Camarada Presidente Hugo Chávez.

  Pretender hacer creer a nuestro pueblo que en el incremento de la tasa del  IVA,  está la solución al problema de la obtención de los recursos extraordinarios para la reconstrucción de espacios afectados por las inclementes lluvias, es de una torpeza tal, que, sin duda, creará descontento en un pueblo que se ha dado por entero a las labores de solidaridad  y atención a sus hermanos/hermanas en desgracia. Ya el viejo Marx lo decía en su tiempo, el defender el establecimiento de impuestos burgueses fuertemente progresivos, como una forma suprema de redistribución y justicia social, es propio del socialismo pequeño burgués, pero totalmente contrario al socialismo científico basado en el materialismo histórico, qué diría entonces sí de un impuesto tan regresivo como el IVA se tratara.

  En la “Instrucción sobre Diversos Problemas a los Delegados del Consejo Central Provisional”, Marx nos indica sobre los impuestos directos e indirectos, lo siguiente: “No obstante, de tener que elegir entre los dos sistemas de gravámenes impositivos, recomendamos la total abolición de los impuestos indirectos y su sustitución completa por los directos. Porque los impuestos indirectos hacen subir los precios de las mercancías, ya que los comerciantes añaden a dichos precios, tanto el importe de los impuestos indirectos como el interés y la ganancia sobre el capital desembolsado para pagarlos. Porque los impuestos indirectos ocultan ante cada individuo lo que éste paga al estado, mientras que el directo no se encubre con nada, se cobra abiertamente y no puede engañar siquiera al menos listo. Por consiguiente, los impuestos directos impulsan a cada uno a controlar el Gobierno, mientras que los indirectos destruyen toda tendencia a la autogestión (self-government).

  El IVA es un impuesto sobre el consumo, que hoy pretenden presentárnoslo como progresivo para resolver la contingencia; pues, los bienes propios de las rentas elevadas tributan a un tipo superior, del tipo al que tributan los bienes propios de las rentas bajas. Esta progresividad es totalmente falsa, pues los trabajadores/trabajadoras destinan la casi totalidad de sus ingresos al consumo, mientras que las rentas del capital, se suelen destinar a la inversión. El capital genera plusvalía y la plusvalía se invierte generando más capital. De esta forma, el IVA se convierte en un impuesto regresivo, y lo es, en el que en proporción a la renta, pagan más las rentas de los trabajadores/trabajadoras que las rentas del capital. Son las rentas del trabajo las que ingresan al IVA mediante el consumo, mientras que las del capital, al reinvertir normalmente las plusvalías obtenidas, están exentas de ese impuesto. Con esta medida, la del incremento del IVA, el costo de la reconstrucción y la atención de los hermanos/hermanas damnificadas continuaría recayendo sobre los hombros de las/los pobres de nuestra Patria. ¿Y entonces, Camarada Presidente Hugo Chávez, en qué momento los ricos, la burguesía, van a dar su aporte?. ¿Dónde está el Socialismo?

henryesc@yahoo.es

Caracas, 17 de diciembre de 2010



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Henry Escalante


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