Según mis bastante mediocres conocimientos sobre historia religiosa (cristiana y de las otras), ese muy común refrán de …”como dijo Santo Tomás, ver para creer”, su contenido al parecer es extraído de la propia Biblia y se refiere a que cuando a este Santo Tomás (creo que es el de Aquino), sus compañeros le dijeron que Cristo había resucitado, se negó a creer de sopetón tan extraordinario hecho y dio la escueta respuesta, cuestión al parecer recriminada por el mismísimo Jesús - narrado por otro de sus discípulos- quien en un inesperado encuentro con ellos le dijo al incrédulo que tocara sus manos y las llagas dejadas por la crucifixión, espetándoles luego: “Bienaventurados los que no ven y creen”…lo cual resume en parte la esencia del dogma religioso, si le agregamos aquello de un célebre protestante: “el justo se salva por su fe”.
Empezamos con esa embrollosa introducción con la finalidad de referirnos al discurso permanente del Presidente Chávez. ¿Cuántas veces le hemos escuchado hostigando la corrupción y la negligencia? ¿ Planteando las tres R? ¿La lucha contra el burocratismo?... todo eso, pareciera que en el “aparato” partidista en ejercicio del poder y la toma de decisiones, no ha tenido los resultados esperados por él; la crítica y autocrítica, son como palabras huecas. Muchos de quienes siendo militantes del PSUV, hacen observaciones a la praxis de quienes tienen en su mano la “sartén por el mango” del poder, por pequeño que este sea, son marginados y algunas veces vilipendiados como contrarrevolucionarios y “sacados del juego”, cuestión que, a nuestro entender, ha llevado a la proliferación no sólo de tendencias –aupadas por Chávez- sino a peligrosos semilleros fraccionales que pueden causar gravísimos daños al proceso bolivariano.
En menos de un mes le hemos escuchado al Presidente, entre otros, dos planteamientos esenciales: “No existe acuerdo posible con la burguesía, son ellos o nosotros. Somos polos opuestos”….”que ellos hagan lo que crean y nosotros haremos lo que tenemos que hacer para construir el socialismo…”(25-10-2010). Es una clara decisión del líder del proceso bolivariano, la cual debe ser acompañada por un poderoso partido de vanguardia con la suficiente influencia en las masas para respaldar ese propósito y lo otro es su ofrecimiento de encabezar la lucha contra la “quinta columna”, cuerda de infiltrados y falsos rojos-rojitos, que hacen tanto o más daño al proceso que un nido de comején a un techo de madera sin curar.
Pero resulta que ante los pocos resultados relacionados con los planteamientos públicos del Presidente, cunde el desánimo en gran parte de la población chavista que toma una actitud muy parecida a la de Santo Tomás…”ver para creer”.
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