Base de operaciones 243

**** El control total del sistema judicial norteamericano por las fuerzas neoconservadoras le agrega al terrorismo bélico que practican un terrorismo judicial.

Sí se considera que el sistema federal de justicia de los EEUU se ha convertido en un aparato con jurisdicción global, es preocupante, no sólo para el destino de la democracia estadounidense, sino para la humanidad, la política neoconservadora en relación con la conformación de los Tribunales. El anuncio del Presidente George W. Bush (entre cuyas atribuciones esta la designación a dedo de los jueces) sobre la nominación ante el Congreso de 12 nuevos miembros para la Corte Federal de Apelaciones, es el último indicador de esa conducta que se inició bajo la administración de Ronald Reagan a principios de la década de los 80 del siglo pasado. Un comportamiento que ha estado destinado el control de los tribunales federales de justicia por jueces conservadores. En otras palabras, magistrados orientados hacia el mantenimiento del status quo nacional e internacional, lo cual implica tanto restricciones a la libertad como estancamiento del ascenso humano. Esto sin contar el definitivo derrumbe de la democracia en ese país, sustentada en el sistema de balances y controles mediante la división de poderes. Un hecho que se agrava por el control obtenido sobre el Congreso y la mayor parte de los gobierno de los estados que configuran la federación.
El asunto no tendría mayor importancia si esta política tuviese una aplicación restringida al ámbito territorial del Estado norteamericano. Pero es el caso que en un abuso claro del poder, este sistema ha extendido su capacidad coercitiva a escala planetaria, no solamente en materia penal, sino en materia comercial y hasta civil. Y en este particular, cualquier persona natural o jurídica, incluyendo los estados soberanos, puede caer bajo su jurisdicción, no sólo por el uso de presiones políticas y militares, sino por el simple expediente del secuestro – como el caso del exPresidente panameño Miguel Antonio Noriega - o, el embargo de activos. Y el asunto se agrava cuando se observa la descabellada conducta de Bush en la cooptación de personal. Un ejemplo de la cual ha sido la selección de un conocido mafioso, Bernard Kerik, para ocupar la delicada posición de Secretario de Seguridad Interior. Dentro de esas circunstancias no se puede esperar siquiera que se guarden las formas como ha ocurrido hasta el presente. Los nominados seguramente serán personajes que responden directamente a los intereses de las empresas de sus colaboradores inmediatos, los integrantes del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, entre los cuales destaca Donald Rumsfeld, responsable de la tortura de prisioneros secuestrados de Afganistán e Irak. Un personaje que tiene un juicio abierto en Alemania por delitos de lesa humanidad. Dentro de ese marco, al terrorismo bélico ejercido discrecionalmente por los arquitectos del nuevo orden imperial mundial, se le sumará el terrorismo judicial, ejercido incluso contra los Jefes de Estado de aquellas comunidades políticas que puedan ser calificadas como delincuentes


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Alberto Müller Rojas


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