La Revolución, el pueblo y los cuadros revolucionarios

Una de las fuertes y, aparentemente, sólidas críticas que se escuchan es a la burocracia anquilosada en los organismos de decisión del Estado burgués actual. Otra de las críticas del Poder Popular es el señalamiento de actos de corrupción que suponen se desarrollan en el Estado burgués actual. Otra de las críticas que se han manifestado es una separación entre los cuadros de la Revolución Bolivariana y las organizaciones de base se denominen éstas como ustedes así lo deseen; quizás demasiada dispersión. Pero lo que no se escucha es un análisis cargado de metodología, datos sólidos, sobre las actuales realidades que se desarrollan tanto a lo interno de la Revolución como en el desmonte del actual Estado burgués; quizás, unas veces se expresen por ese inmediatismo, voluntarismo, aburguesamiento triunfalista, exceso de denuncias sin una sólida demostración pero que se repiten hasta la saciedad y una carencia de disciplina revolucionaria que “ponga orden en la casa”, exceso de personalismo y la falta de cultura revolucionaria, es decir, de un estudio serio, sistemático y guiado tanto hacia los cuadros de la Revolución como hacia los miembros del Poder Popular; en última instancia, una expresión caótica contrarrevolucionaria.

Una Revolución es un proceso que va desarrollándose al mismo tiempo que se va corrigiendo, es decir, es perfectible; por tanto, lo primero que los cuadros revolucionarios deben aprender y practicar, además de la humildad revolucionaria, es “ubicarse” en cuál es la realidad temporal en la que se está desarrollando la Revolución. Por ejemplo, Diosdado Cabello logró que su trabajo en Monagas tuviera frutos efectivos en la pasadas elecciones del 26-S sin que ello signifique la omisión de críticas que se le pudieran elevar a sus actuares por aquellos que no “comulgan” con cotidianidades que supuestamente lo califican como “aburguesado”. Llamamos a colación el ejemplo de Diosdado Cabello porque sectores revolucionarios lo critican negativamente pero no son capaces de reconocer su trabajo efectivo por la Revolución Bolivariana. No debe estar muy equivocado en sus trabajos como cuadro del PSUV cuando la contrarrevolución lo califica de “stalinista”. Visto lo expuesto, deberíamos tratar de analizar su metodología de trabajo porque es efectiva en el proceso actual de ir conquistando espacios dentro del Estado burgués para su desmonte y consolidación de las estructuras del Estado Socialista. Ello no significa que Diosdado Cabello no haya cometido errores; que no se le critique y que él realice su auto-crítica. Las divisiones dentro del conjunto revolucionario son ganancias para la contrarrevolución. Por cierto, no tenemos el placer de conocerle.

Hemos puesto el ejemplo de Diosdado Cabello como referencia a los errores que, evidentemente y demostrables, se han cometido en zonas del país que no siendo santuarios de la derecha tradicional venezolana como es la democracia cristiana, zonas que han tenido una trayectoria de luchas revolucionarias, nos dieron una vulgar paliza. Un “hecho objetivo” que el Presidente del PSUV y los dirigentes con mayores responsabilidades deben analizar y decidir las políticas revolucionarias que se deberán ejecutar en esos espacios geográficos. En este orden de ideas, nos vamos a permitir elevar algunas críticas como inquietudes. El PSUV tomó la decisión de enviar al Táchira y al Zulia a dos dirigentes nacionales que son fundamentales para la Revolución Bolivariana. Ambos estados donde gobernadores de la contrarrevolución han venido demostrando cual es “agenda política” de la contrarrevolución militante. Ambos gobernadores que nunca han sido dirigentes de primera línea en sus respectivos partidos políticos pero que obtuvieron el triunfo en ambas gobernaciones; por tanto, el electorado de esos estados votarán por cualquier candidato que sea manifiestamente anti-Chávez Fría. Pero tratemos de ir más al fondo del tema. El estado Táchira es un estado con características socio-antropológicas muy bien definidas, con una cultura alienante bajo esquemas que se corresponden con un conjunto conformado por paradigmas de la España Isabelina y la tradicional manifestación social cachaca. Nos agrade y/o rechacemos es una verdad para un proyecto revolucionario para ese específico estado conservador. Los cuadros revolucionarios telúricos del estado Táchira trabajaron con ahínco y tesón pero como nos manifestó una persona tachirense conservadora, anti-chavista y militante anti-comunista, el discurso de cierre en San Cristóbal duró 17 minutos. Cabe la pregunta ¿ello es verdad o es el típico comentario triunfalista? Todos los detalles, por dolorosos que nos parezcan, debemos y tendrán que ser analizados por que a la hora de votar, siguiendo el esquema de la Democracia Participativa, ello tiene su importancia y cada voto cuenta. Decíamos más arriba que dos altos e importantes dirigentes del PSUV fueron encargados de trabajar “contracorriente” en ambos estado fronterizos. Ambos realizaron un extraordinario trabajo de masas apoyados por Chávez Frías como dirigente y Presidente del PSUV. En ambos estados el triunfo de las derechas contrarrevolucionarias y, en ambos casos, diferenciadas entre sí, fue evidente; entonces, ¿cuál sería la lección primaria a analizar? Si para algo sirven las teorías revolucionarias de aquellos que realizaron procesos revolucionarios anteriormente, sería referirnos a aquella tesis de Mao Zedong de la dialéctica de los “espacios donde el partido y el movimiento revolucionario son sólidos, donde se ha realizado un trabajo objetivo y local en contraposición con aquellas regiones donde la revolución está débil”, diríamos nos, “temporalmente”, y/o recordando aquella frase: “por ahora”. Es evidente que no todo es tan sencillo como expresar “alcances y errores” en el proceso revolucionario porque las votaciones en la Democracia Participativa son un acto revolucionario y son muchas y diferentes las variables que con una metodología, una técnica de investigación apropiada y un análisis cercano a la objetividad se podría ir avanzando hacia los objetivos temporales/etapistas programados. En ese contexto, Chávez Frías, con ese análisis primario que expuso casi inmediatamente posterior a los reales resultados eleccionarios realizó la primera auto-crítica cuando hizo un llamado a desarrollar, en la etapa actual, el Polo Patriótico y cuando señaló que hay un importante y amplio sector de la sociedad venezolana que no pertenece a partido político alguno e intuyó que podría apoyar el proceso revolucionario si la Revolución Bolivariana así se lo demuestra; es decir, llamó a darle horizontalidad a la Revolución Bolivariana. Bien lo expresó el “Negro” Aristóbulo en el programa “José Vicente hoy” en respuesta a José Vicente cuando al referirse a los resultados en Guatire y la propiedad privada de los apartamentos logrados por clases sociales específicas beneficiadas que pudieron elevar sus niveles de vida con el impulso y apoyo de la Revolución Bolivariana y el Gobierno Bolivariano presidido por el Presidente Chávez Frías, votaron por las derechas nacionales, “alienación capitalista” se llama eso en nuestra tierra. Ello no quiere decir que sea una votación cerrada y consolidada a favor de esas derechas pero si hay otras lecturas que quizás pudieran parecerse a las críticas de Aristóbulo en los resultados en las votaciones en específicos estados. Bien nos preguntamos ¿fueron errores lugareños, fueron errores nacionales, fueron errores en el comportamiento ideológico de los cuadros locales si es que tienen alguna preparación real y efectiva de la teoría revolucionaria y/o repetir slogans sin profundizar en sus contenidos? Pareciera que estamos entrando en una nueva etapa del proceso Revolución como tal; quizás deberíamos ser más específicos, una nueva sub-etapa.

La Democracia es un proceso que construye la sociedad en su conjunto sin distingo de clases aunque con objetivos político-ideológicos diferentes. La Democracia es un proceso donde la responsabilidad social debería manifestarse; por ello, los partidos y sus cuadros deberían cumplir con obligaciones en objetivos programados como serían las de contribuir, conjuntamente con las clases sociales, en la construcción de las estructuras necesarias que toda sociedad se da en conjunción con la definición del Estado sea éste burgués y/o socialista y de las ideologías correspondientes. En ese contexto, la praxis de esos partidos tendrá correlación con el Estado a desarrollar y la praxis de la Democracia que se programe alcanzar; por lo que la formación ideológica de sus cuadros, de sus trabajos partidistas cotidianos como cuadros, de sus responsabilidades en el organigrama de la organización partidista y, fundamentalmente, en sus diálogos con la sociedad como un todo y, particularmente, con el Poder Popular son fundamentales. Pero, a su vez, tanto el partido como sus cuadros deben mantener un diálogo permanente con las organizaciones de bases; para expresarlo en sencillas palabras. Los diputados de la Revolución Bolivariana elegidos, como lo han manifestado importantes dirigentes revolucionarios, serán los “voceros del Poder Popular” en la futura Asamblea Nacional. Pero ¿qué y cómo se desarrollará esa praxis profundamente revolucionaria? Consideramos que antes del 05 de enero del 2011, el y los partidos adscritos a la Revolución Bolivariana deberían, con la crudeza del caso, conocer las realidades que se manifiestan actualmente en las bases sociales chavistas independientemente si están adscritas al partido como militantes y/o son, sencillamente, “chavistas”. Esa praxis permitiría alcanzar dos objetivos: la consolidación del Polo y, realmente, conocer los porqués de los resultados del 26-S. Esa praxis permitiría conocer los porqués del “anti-Chávez” en sectores sociales que sin, necesariamente, identificarse con los llamados “partidos tradicionales” votaron el 26-S contra Chávez y a favor de la exclusión social. Esa praxis permitiría conocer las realidades de las carencias ideológicas, a nivel de la conciencia, que se manifiesta actualmente en todo el espectro social y conocer cuán importante es la alienación que se manifiesta con el consumismo inquietud expresada por Aristóbulo sobre el “concepto de propiedad” en el programa “José Vicente hoy”.

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Miguel Ángel del Pozo


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