Con las alarmas aún encendidas, profundicemos en la revolución

Luego de que muchos análisis se han hecho, luego de que el propio presidente Chávez en acto público en el teresa Carreño estableciera la visión del gobierno nacional en torno a los resultados de las elecciones, solo queda decir que aun con las alarmas encendidas, debemos profundizar en la revolución.

Muchos son los aspectos a discutir y analizar dentro del proceso que llevamos a cabo en Venezuela.

Muchos se han sentido aludidos y hasta atacados cuando se señala fallas puntuales dentro del desenvolvimiento cotidiano de la estructura gubernamental. Pero no es para nada falso que es una fuente permanente de malestar la falta de compromiso de muchos de esos funcionarios. A pesar de eso, no lo es todo. Las fallas son aun mas profundas y diversas. Tocan casi todos los ámbitos de la revolución venezolana.

Si nos vamos a colocar en perspectiva, debemos colocarnos de manera de poder apreciar en toda su dimensión la situación, para que, a manera de un general que se sitúa en una colina para observar el desarrollo de la batalla, nos coloquemos en un punto optimo que nos permita evaluar todo, a la vez que observemos los progresos y deficiencias, ademas de apreciar si nuestra estrategia esta dando resultados.

Es un hecho cierto que si se le dispara a alguien con un arma de fuego, de seguro le dañara. Mas si no sale dañado, hay algo que esta mal con el arma o con el proyectil.

Excusándome de esta odiosa comparación, es un hecho cierto que la revolución es el arma correcta para lograr una evolución armónica de la sociedad. Si la revolución falla o no progresa, no es el hecho revolucionario en si el que esta mal. Son fallas en nuestras estrategias o nuestras tácticas...

Esto lo digo porque muchos compatriotas, y lo peor: dentro del proceso mismo, plantean salidas reformistas y de dialogo con la oposicion.

Esto es un grave error. No se debe hacer concesiones a la derecha. La historia cuenta tristemente todos los adversos resultados y los lamentables finales de las revoluciones que hicieron concesiones al reformismo y a la derecha. Los ejemplos sobran.

Para superar esta crisis de la revolución (y crisis planteada desde el punto de vista de la deficiente participación de nuestra militancia en las últimas elecciones) debemos profundizar en la revolución. En el hecho revolucionario en si.

Lo primero es establecer que la base ideológica de la revolución aun es deficiente y se deben redoblar los esfuerzos para que nuestra militancia adquiera los conocimientos necesarios para comprender la esencia del hecho revolucionario y la importancia de la “conciencia del deber social” que es la asuncion del compromiso revolucionario. Esta batalla aun no se esta tomando en serio por muchos de nuestros militantes y eso es causa de muchísimas de las fallas que se detectan.

Lo segundo es revisar la orientación ideológica de la revolución venezolana.

Aquí hago un punto de análisis. La revolución debe revisar si las acciones que esta tomando son cónsonas con la ideología del proletariado o si son mero reformismo, atizado por la concepción pequeño-burguesa de la vida.

Recordemos que el Che hacia hincapié, cuando hizo su análisis critico de la economía política, de que se debía vigilar las acciones que se toman porque cada acción dentro de la economía genera una conciencia. Si las medidas que tomamos son reformistas, la conciencia que se genera es egoísta, terreno fértil para el capitalismo. Ahora, si las medidas que se toman son orientadas hacia la compenetración de la sociedad y hacia la solidaridad, entonces se genera una conciencia colectiva, basada en relaciones de amor entre seres humanos, que es la base necesaria para crear y establecer el socialismo.

La revolución debe seguir la orientación dentro de la ideología correcta, que es la ideología del proletariado, para fomentar la aparición de lazos de amor dentro de nuestra sociedad y asegurar que el socialismo tenga su sólida base social.

Las acciones tomadas recientemente en cuba no deben ser leídas equivocadamente: cuba esta maniobrando dentro de su propia dificultad para subsistir, pero su esencia debe ser preservada.

Una lectura incorrecta de la orientación ideológica de nuestra revolución, provocaría estrategias y tácticas igualmente defectuosas que lo único que conseguirían es erosionar la revolución en sus cimientos.

Lo tercero seria ir aclarando el camino a seguir. Cuando un montañista asciende por una ladera escarpada, a lo largo del camino va estableciendo puntos de apoyo que le aseguran una subida con menos riesgos de perecer cayendo. De igual modo la revolución ha ido estableciendo mecanismos que aseguran su supervivencia, pero se debe hacer aun más. Si el mismo montañista no analiza la ruta correcta para concretar la cima, llegara un momento que se tope con un obstáculo insalvable y su ascenso terminara allí. Por eso, la revolución debe sincerar el camino y determinar con suficiente claridad la ruta al socialismo. Si se va a ir haciendo en etapas, estas deberían ser claras, aun a riesgo de representar objetivos a atacar por parte del enemigo. Esto les da seguridad a los revolucionarios. La naturaleza de estas etapas o de los objetivos puede discutirse, pero es necesario establecerlos.

Lo cuarto seria revisar nuestra política comunicacional.

Es curioso, pero he notado que mas del 50% de nuestra programación esta destinada a contestar, a rebatir, a confrontar las matrices de opinión que establece la canalla. Muy poco se hace por revelar el camino revolucionario de nuestro proceso. Hay un sinfín de logros y de actividades positivas que no se están dando a conocer. Esto es grave, pues parece que la agenda que seguimos es la de la oposición. Esto debe cambiar urgentemente. Nuestra política comunicacional debe estar orientada hacia el fortalecimiento de la revolución y de dar a conocer nuestros logros. También se debe dar espacio a las denuncias de la gente, pues el tratamiento de la noticia por nuestra parte ha sido más equilibrado y restaríamos a la oposición su carga envenenada, sin necesidad de programas completos para aclarar las mentiras. Debemos apoderarnos de nuestras noticias y darle espacio al pueblo para que nos vea de primero y sin miedo. La crítica de nuestro pueblo es vital y al escucharlos ganamos su respeto.

Otro aspecto de nuestra política comunicacional es la falta de apoyo a la cultura revolucionaria. Ojo, este es un aspecto importantísimo. Se debe atacar la cultura capitalista con cultura revolucionaria. No se puede hacer de otra forma. El cine, la televisión, la música, la pintura, la escritura, el teatro y hasta los dibujos animados deben orientarse hacia la revolución, sin miedo. De otra forma la mentalidad capitalista seguirá arraigada al imaginario colectivo disgregado.

Por ultimo y no menos importante es el seguimiento. De nada sirve emprender grandes proyectos si luego se dejan a su suerte. Esta práctica da terreno a la corrupción. La soledad de muchos programas gubernamentales, la desasistencia y la falta de seguimiento esta a punto de hundir muchos logros que son orgullo de la revolución. Esto es necesario pararlo ya. La gente se decepciona de un funcionariado sordo. Por eso se deben redoblar los esfuerzos ahí también.

Las alarmas están encendidas. Pero aun la revolución esta con capacidad de recuperarse y retomar el rumbo correcto. Nuestra base social aun esta resteada con el comandante.

A todos y todas le pido no malgastemos el acumulado histórico revolucionario. Llegar a esta revolución costo el sacrificio de muchos camaradas, al igual que de mujeres y niños inocentes, durante muchos años.

La hora grande de America latina nos llama al compromiso revolucionario. Es hora de asumir verdaderamente el papel que nos debemos. El comandante nos guía, no defraudemos nuestra promesa!!!


CON CHAVEZ TODO, SIN CHAVEZ NADA!!! PATRIA SOCIALISTA Y CHAVEZ O GUERRA!!!!



joselares_w@yahoo.es


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