Chávez, ¿tirapiedras o estadista?

Sea que hablemos de boloncesto, dominó o política, cuando se dice "98 a 65", aquí y en cualquier parte del mundo entendemos inmediatamente que se trata de una paliza.

Pero el pueblo chavista en este caso no lo entiende así porque nos acostumbramos a ganar con mucha más ventaja.

Porque nos acostumbramos en estos 5 años a una Asamblea roja-rojita sin reparar que tal situación se la debíamos a una pésima ocurrencia de la oposición cuando desertó masivamente en 2005.

Porque nos habíamos propuesto ganar 110 curules y nos faltaron 12.

Porque olvidamos que de esos 65 diputados que ahora tendrá la oposición, por lo menos 50 de ellos debieron estar durante todo este tiempo en el hemiciclo, haciendo lo que ellos saben hacer muy bien: obstruyendo y demorando el trabajo parlamentario. Ya estuviésemos más acostumbrados a su presencia.

Si entendiéramos que el "fast track" legislativo que hemos disfrutado este quinquenio lo ha sido porque la oposición nos cedió su espacio político en 2005, quizá nos reconciliaríamos un poco más con el resultado del pasado domingo.

Pareciera que ahora sí tenemos que prepararnos para un verdadero juego parlamentario que en ciertas áreas demandaría una astuta e inteligente negociación. Se acabó la época de una Asamblea sin asambleístas verdaderos, de una asamblea aclamacionista sin fracciones y sin disidencias. Nos toca ahora controlar férreamente a los tirapiedras pero también escuchar e intercambiar proposiciones que vayan en beneficio del interés nacional.

Pero, lamentablemente, este término "negociación" casi que rompe el tímpano de nuestros camaradas más radicales. Casi que se asimila a claudicación, a renuncia o humillación.

Particularmente yo me pregunto entonces, ¿donde he oído decir que la política es el arte de la negociación? ¿acaso sería en algún manual clandestino de la CÍA ó en alguna tesis doctoral de la elitesca Harvard University? ¿acaso no se cansaron de negociar USA y la Unión Soviética asuntos tan importantes como la repartición del mundo entre ambas potencias o los tratados de no proliferación de armas nucleares? ¿perdió por ello alguna estrella la bandera del capitalismo ó la hoz o el martillo la bandera del comunismo?

Chávez tiene mucho olfato político y además es fanático del beisbol. El sabe cuando se debe dar una base por bolas para enfrentar a un siguiente bateador más cómodo. El sabe, aunque obviamente no lo diga, que ahora el juego será más "apretao". El sabe que la verdad no está ni en el negro ni en el blanco sino dentro de esa poblada franja de grises. Tómate un merecido descanso, Chávez, realiza tu viaje a China y si es posible llégate a la cordillera Himalaya y medita ante la majestuosidad de aquello. Después de todo, resta suficiente tiempo hasta el 05 de Enero.

ASÍ lo veo Yo .. y usted tiene todo su derecho a disentir

julioctrujillo@gmail.com
jtrujillo@cantv.net


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