Qué aBUSHo. ¡Buuuuu! Qué miedo

Eso se venía venir.

Michael Moore en su obra “¿Qué han hecho con mi país?” lo predijo durante 270 páginas y lo recalca en tres horas en el documental “Fahrenheit 9/11”.

El miedo ganó en Estados Unidos. Los estadounidenses tan machos ellos, con su superhéroes a los Batman, Superman, Spideman, Robocop, Terminator y toda esa salta de pistoleros que matan de 10 en 10 a los malos en los filmes de acción y violencia que tanto gustan pasar los canales locales, resulta que viene Bush y les dice “por ahí viene el coco Osama Bin Laden. Buuuuuuuuuuu” y 58 millones de asustadizos salen corriendo a votar. Cuando resulta que nunca en su vida han visto a Bin Laden, un señor que necesita dializarse frecuentemente para vivir.

Bush logró convencer al 51% de los votantes efectivos (la abstención pasó de 40%) que en cada esquina de la unión los espera un terrorista y que sólo Bush, cual Chapulín Colorado, puede defenderlos. Para el votante estadounidense Bin Laden puede estar en cualquier cueva de estados unidos. Para el mundo Bush acabó con el cuento de que el pueblo de Estados Unidos no es similar a sus gobernantes. Son iguales. Salvo las honrosas excepciones de los movimientos anti guerra y anti neoliberales que lamentablemente son una ínfima minoría.

Porque resultó que con gente tan chorriada el mejor propagandista de los republicanos resultó ser Osama, un tipo que lo están buscando desde hace 3 años y que nadie sabe si aún vive o es un montaje. Lo cierto era que cada vez que “dobleve” bajaba en las encuestas aparecía un video con el flaco Bin y ¡buuuuu!, los valientes gringos gritaban ¡Bush sálvanos! Y ¡Zas!, el tejano aumenta 3 puntos en las mediciones.

Como si fuera poco, el candidato de los demócratas resultó ser un admirador del presidente Bush. Su obsesión era superar al maestro. Su campaña consistía en decir “si Bush dice que matará a los iraquíes en 2 años, yo lo haré en 1” “Bush dice que acabará con Fidel y Chávez en el 2006 yo lo haré en el 2005”, “él mando 200 mil soldados a morir a Irak, yo enviaré 400 mil”.

Ósea, Kerry le hizo saber a sus compatriotas que el podía ser más malo que Bush. Por tanto, el 51% de aterrorizados estadounidenses no dispuestos a esperar que Kerry aprendiera a dar órdenes para matar afganos, iraquíes y terroristas, prefirió que “dobleve” se quedara. Total en 4 años algo ha de haber aprendido.

Y es que se debe ser peor candidato para no ganarle a un presidente designado que hundió a su país en desempleo, inseguridad social, violencia escolar y el déficit más grande de la historia moderna de ese país, a lo que se suma, el rechazo universal que hoy tiene Estados Unidos al punto que si los países votaran por revocar a Bush, este perdería 188 a 4, como en las últimas 13 votaciones en la Asamblea General de la ONU que condenan el bloqueo a Cuba. Aunque para los gobiernos de EEUU la ONU sólo es un edificio bonito en Nueva York.

A Kerry se la pusieron de bombita y se ponchó sin tirarle. Pasamos a creer que él también se comió el cuento del coco macaco del terrorismo y votó por ¡Buuuuuu!

Si los demócratas no consiguen un buen candidato para el 2008 corren el peligro de desaparecer y dar paso a una dictadura del partido republicano apoyados en el discurso del miedo y el eje del mal.

Con tanto miedo al fantasma de Osama, ¿Se imaginan ustedes a los estadounidenses viviendo en Medio Oriente, en donde la muerte está a la orden del día? Que va. Mucho pánico (culillo dirían por aquí). Esos norteños son pura película, pura finta, mucho rambo y arma mortal pero nada de guáramo.

Aunque, no seamos tan duros. Esa fobia tiene su explicación. Los niños tienen miedo al coco, a la lechuza y a demás simpáticos monstruos que utilizan los padres para que el bebe se tome la sopa. Luego el párvulo crece y va dejando de creer en eso. Solo unos pocos conservan el delicioso respeto por la sayona y el silbón. La gente crece y madura, también lo hacen las naciones.

Esperamos, ansiamos, que los estadounidenses crezcan y superen sus miedos. Qué escuchen los consejos de Moore y repitan “No existe una amenaza terrorista” y le agreguen “Osama es pana de Bush, Osama lo ama”. Qué se metan en los libros, en la Internet y estudien la historia de las luchas populares. Qué descubran que el mundo no termina en la frontera con México y Canadá.

Cuando ello suceda, cuando los chicos crezcan y superen los traumas caerá el bipartidismo republicano democrático.

Los estadounidenses comprenderán que su arcaico sistema electoral está muy lejos de la participación ciudadana, de la democracia y exigirán reformas constitucionales para ponerse a la altura de los tiempos. ¡Cuánta falta le hace falta a Estados Unidos una constituyente!

Cuándo la madurez política llegue a ese país se dará pasó a una nación más humano, más real, centrada en las necesidades de sus nacionales y alejada de la caza enemigos inventados en cualquier parte del planeta. Un país amigo y no un vaquero dispuesto a disparar al primer piel roja que se le acerque.

Entonces entenderán que lo que sus gobernantes han buscado en el mundo no es a terroristas sino petróleo barato, tal como siglos atrás los desaparecidos imperios europeos buscaban oro y plata. Que eso suceda en Estados Unidos no es imposible. En Venezuela cayeron AD y COPEI y en Uruguay después de 174 años rodaron los colorados y los blancos.

Dios bendiga a los estadounidenses y les ayude a superar sus temores. Solo así serán libres de sí mismos (Noviembre, 2002).

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Reinaldo Bolívar

Investigador, fundador del Centro de Saberes Africanos, vicecanciller para África

 reibol@gmail.com      @BolivarReinaldo

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