En tiempos de la cuarta república (el rancho que estamos derrumbando) la norma general era el
asistencialismo del Estado, todo lo referente a los problemas de la
comunidad estaba en manos de sus representantes, al ciudadano no le
quedaba otra alternativa que hacer la denuncia a algún burócrata para
que resolvieran los problemas de su comunidad (generalmente no había
respuesta, y cuando el ciudadano insistía lo marginaban o lo
reprimían).
En el estado
asistencialista
el ciudadano no tiene que organizarse porque la burocracia esta ahí,
organizada de antemano, para “peinar” la cancha, “hacer la comida”
a la escuela y “a dar a comer” al tendido eléctrico; esta
burocracia, está dirigida por representantes que el pueblo elige con
toda la esperanza del mundo. Esto se denominó Democracia representativa.
En ella el hombre y la mujer no solo pierden su libertad sino también
su identidad y el valor de si mismo (a) como ser creador y responsable
de su propia existencia, solo pueden participar por medio del voto.
El modelo asistencialista no deja crecer y desarrollarse cualidades
fundamentales de las comunidades como son la creatividad, la pertenecía
y responsabilidad con su entorno.
Con la entrada en
vigencia
de la Constitución Bolivariana el panorama cambia diametralmente,
desechamos
a la vieja y decadente democracia representativa, y adoptamos la
democracia
participativa y protagónica, con base en la solidaridad, la
horizontalidad
y la corresponsabilidad.
La participación es un bien que ek Estado esta en la obligación de promover y nosotros estamos obligados a exigir. En el Art. 62 vemos: “…Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica (participación)”. El artículo 132 expresa: “Toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social”.
Esta participación tiene dos grandes facetas la política que se materializa principalmente a través del voto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas; y la económica y social que se desarrolla a través de formas asociativas guiadas por valores de mutua cooperación y solidaridad. Veamos el Art. 70: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, las iniciativas legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico, las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad”.
De lo anterior podemos
concluir que para participar hay que organizarse, entendiendo que una
organización es un grupo social compuesto por personas, tareas y
administración,
que forman una estructura sistemática de relaciones de interacción,
tendientes a producir bienes y/o servicios para satisfacer necesidades
de una comunidad dentro de un entorno (consejo comunal, comuna,
territorio comunal).
Ahora bien, la cooperación
entre las personas es esencial para la existencia de organización.
Una organización existe cuando hay personas capaces de comunicarse
y que estén dispuestas a actuar conjuntamente para obtener un objetivo
común, por lo tanto la competencia entre los miembros de una
organización
atenta en contra de la misma.
En el Socialismo del
siglo XXI, el accionar de las organizaciones socios productivas
deben regirse por una serie de principios y valores claramente
establecidos
en el Art. 4 de la Ley para el Fomento de la Economía Popular, el cual
expresa la siguiente: “Son principios y valores del modelo socio
productivo
comunitario y sus formas de organización comunal, la corresponsabilidad,
cooperación, sustentabilidad, libertad, justicia social, solidaridad,
equidad, transparencia, honestidad, igualdad, eficiencia y eficacia,
contraloría social, rendición de cuentas, asociación abierta y
voluntaria,
gestión y participación democrática, formación y educación, respeto
y fomento de las tradiciones, la diversidad cultural, articulación
del trabajo en redes socio productivas, cultura ecológica y
preponderancia
de los intereses comunes sobre los individuales, que garantice la
satisfacción
de la necesidades de la comunidad, aportando la mayor suma de felicidad
posible.”
Hemos visto entonces
algunas de las bases de la organización socio productiva de nuestro
país, tenemos una carta magna que garantiza la participación de los
ciudadanos y ciudadanas en la construcción del Socialismo del siglo
XXI, y crea nuevos mecanismos para que esta participación sea efectiva.
En este orden de ideas
es importante analizar el nivel de participación que se busca con la
Revolución Bolivariana. La Escalera de la Participación propuesta
por Geilfus (1997), muestra diferentes niveles e indica que es posible
pasar secuencialmente de una pasividad casi completa de parte del
ciudadano
(a), hacia una situación donde este (a) asume el control del proceso
como actor(a) principal de su propio desarrollo. Sus peldaños son:
Pasividad, Suministro de información, Participación por consulta,
Participación por incentivos, Participación funcional, Participación
interactiva, Auto-desarrollo.
La Revolución Bolivariana
al implementar un sistema democrático, participativo y protagónico,
promueve la participación interactiva y el autodesarrollo de las
comunidades,
ya que los grupos locales organizados participación en la formulación,
implementación y evaluación de proyectos, planes y políticas (Consejos
Comunales y Comunas); esto implica procesos de enseñanza y aprendizaje
sistemáticos y estructurados, y en la toma de control en forma
progresiva,
así como toman iniciativas sin esperar intervenciones externas; las
intervenciones se hacen en forma de asesoría. Los niveles inferiores
de la escalera de la participación son típicos de la democracia
representativa.
Hemos visto entonces
las implicaciones políticas, ideológicas y legales de las organizaciones
socio productivas y de la conducente participación. Sin embargo, a
pensar de ello, tenemos infiltrados en la revolución pseudos
revolucionarios
que pretenden construir el Socialismos con las armas mellada del
Capitalismo,
sin desprenderse de las viejas cadenas y costumbres, al querer manipular
organizaciones comunitarias (comunas, consejos comunales, cooperativas),
promoviendo “participación” simbólica, decorativa y manipulada.
Falsa participación que hace gala al ramillete de artilugios de la
democracia representativa.
El Comandante Hugo
Chávez,
ha sabido capitalizar el sentir, y las necesidades de un pueblo excluido
por mas de 500 años, quien defiende de corazón y con amor las banderas
de igualdad y libertad pregonadas por nuestros libertadores; para quien
no existen las barreras del burocratismo a la hora de transferirle el
Poder al Pueblo, veamos sus palabras del Aló Presidente Teórico Nº
1 del 11 de junio de 2009, sobre Las Comunas y Los Cinco Frentes para
la Construcción del Socialismo: “ es una construcción de ustedes,
del pueblo, de las masas populares. No es de Chávez ni es decretado
por el Gobierno, ni de la ministra Erika Farías, ni por el alcalde,
ni por el gobernador, ni por el partido, es por las masas, es creación
de las masas”.
Viva Cristo, Viva Bolívar, Viva Miranda, Viva Rodríguez, Viva Zamora…Patria Socialista o Muerte… ¡Venceremos¡
(*) FRENTE CAMPESINO NELSON LOPEZ
abrahamcoiman@gmail.com